No a las verdades únicas

El miércoles de la semana pasada fuimos testigos de un nuevo capítulo de la estrategia de comunicación de la 4T. El presidente López Obrador arrancó el “quién es quién de las mentiras de la semana”. Durante la presentación AMLO dijo: “Vamos a iniciar la sección de estas conferencias destinada a dar a conocer las mentiras que se difunden en medios de información convencionales, y también en las redes para que se vaya contando con información, elementos y tengamos cada vez una ciudadanía consciente , no susceptible de manipulación y que prevalezca siempre la verdad, es las que nos hace libres, nada de mentira, que haya en el periodismo ética. No se debe de mentir impunemente”.

Ahí se anunció que Ana Elizabeth García Vilchis, será la encargada del reporte semanal y también será propuesta como directora de Redes de la Vocería de Presidencia. En su intervención aseguró que no habrá censura por parte del gobierno en contra de ningún medio de comunicación o periodista. También criticó que las noticias falsas lastiman la democracia. Por último añadió que el criterio para presentar las “fake news” fue seleccionar las publicaciones que “más rápido se movieron en redes sociales y mensajería instantánea, y las más graves en cuanto a su contenido falso o engañoso”.

Si bien es cierto que el fenómeno de las noticias falsas genera graves confusiones en la sociedad, así como distorsiones de la realidad, todo indica que el mecanismo propuesto por parte de AMLO no es el adecuado para resolver el problema. Ante todo, para combatir las llamadas “fakenews” se requiere de mecanismos “neutrales”, sin sesgos, que posibiliten una sana verificación de la información y asignación de la responsabilidad por lo difundido.

La calificación sobre lo que es verdad y lo que es mentira, no debería hacerlas un gobierno que, al estar involucrado en los temas, siempre será juez y parte. Por ello, se corre el riesgo de que el nuevo segmento ¿quién es quien?, se convierta en una trinchera de defensa y ataque por parte del poder, hacia aquellas publicaciones que no le sean favorables y contra los periodistas que no le agraden al régimen.

Durante la administración de López Obrador, han perdido la vida 35 periodistas y 21 de ellos debido a su labor profesional. En un escenario adverso para el ejercicio de esta profesión, tiene mayor realce que desde la tribuna presidencial desde hace años se califique a la prensa de “tendenciosa”, “injusta”, “fifí”, e incluso como “el hampa del periodismo”. Continuar esa ruta mediante estas nuevas conferencias puede incrementar los riesgos para los profesionales de la comunicación. Esta actitud ha generado críticas por parte de organismos como Amnistía Internacional y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) quienes han manifestado “sorpresa” y “preocupación” por las críticas que el mandatario mexicano ha realizado contra la prensa.

Es indispensable configurar una política de Estado que ayude a que la sociedad esté mejor informada y no sea manipulada, que haya un mejor manejo de la información y verificación de la misma. No obstante, esto no se logrará a partir de la simple opinión de una de las partes involucradas, en este caso AMLO y su gobierno.

Se requiere de un ejercicio serio, participativo y que aproveche la tecnología, enfocado a crear la infraestructura institucional adecuada para la detección de noticias falsas. Es indispensable configurar desde diccionarios de términos hasta el uso de programas de machine learning, para que éstos sean aprovechados por la ciudadanía. En lugar de centralizar la dinámica, deberíamos crear una institución autónoma donde participe la ciudadanía de la manera más amplia, con el fin de opinar sobre la falsedad de la información, pero sobre todo para que el involucramiento distintos ángulos, evite la tentación de buscar verdades únicas.

Todo parece indicar que el mecanismo elegido por la actual administración puede generar mayores problemas que soluciones. Además del riesgo de continuar la estigmatización de la actividad periodística, nada es más peligroso para la democracia que una autoridad decida erigirse en el juez de lo que es verdad y lo que es mentira. La #SociedadHorizontal tiene una labor importante que realizar en esta materia para contrapesar esas intenciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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