Elecciones en El Salvador, fin de una época

El domingo pasado tuvieron lugar las elecciones legislativas y municipales en El Salvador. La atención estaba puesta en el crecimiento que podía tener el partido Nuevas Ideas (NI) fundado por el actual presidente Nayib Bukele, electo en 2019.

Su victoria fue arrolladora y su partido obtuvo 53 escaños que unidos a los del partido GANA, su aliado, obtiene una amplia mayoría absoluta. Esto le da posibilidad de ciertos nombramientos y de sacar adelante cualquier reforma de la Constitución.

Desde los Acuerdos de Paz firmados en 1992, que pusieron fin a la guerra civil que duró 10 años, esta situación nunca se había dado. Era necesario la negociación, para sacar adelante los acuerdos.

Al término de la guerra la disputa por el poder se dio solo entre el partido de la derecha, Alianza Nacionalista Republicana (ARENA), y partido de la izquierda que surge de la guerrilla, el Frente Farabundo para la Liberación Nacional (FMLN).

En los últimos 30 años esos partidos obtuvieron la presidencia y la mayoría de la Asamblea Legislativa integrada por 84 diputados. Arena consiguió la presidencia en cuatro ocasiones y el FMLN en dos.

Bukele con su triunfo no solo se hace del control de la Asamblea sino también obtiene la mayoría de las alcaldías. El presidente con esta elección confirma la simpatía ciudadana que obtuvo en la contienda de 2019.

ARENA, en su origen un partido de corte fascista, lo funda, en 1981, el mayor Roberto D´Abuisson, autor intelectual del asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero, hoy santo de la iglesia anglicana y católica.

El FMLN surge en 1980 de la unión de las cinco organizaciones guerrilleras que existían en el país fundadas en la década de los setenta del siglo pasado.

Desde su nacimiento ambas fuerzas se enfrentaron, el FMLN como la insurgencia que se proponía acabar con el régimen militar y ARENA como apoyo, junto con los Estados Unidos, a los militares.

Las dos agrupaciones, desde hace 40 años, articularon un discurso para enfrentarse. Respondía a una época, pero ninguna de ellas, con absoluta falta de sensibilidad política, lo cambió con el paso de los años.

En su zona de confort no fueron capaces de entender que la realidad salvadoreña había cambiado de manera radical y que la población que vivió los años de la guerra era ya minoría.

Bukele, de 39 años, que tenía nueve años cuando se firman los Acuerdos de Paz, nació ya en otra época que le permitió, sin ataduras ideológicas, entender las demandas de la sociedad salvadoreña.

Y también el por qué la mayoría de la población rechazaba lo que representaban ARENA y el FMLN. Es cuando se decide a formar un nuevo partido lejos de las posiciones sostenidas por esas dos fuerzas antagónicas.

Bukele es un populista de derecha, con algunos razgos fascistoides, que se comunica muy bien con la ciudadanía y despierta en ella simpatía. Eso explica el resultado del pasado domingo.

Con el ascenso indiscutible de Nuevas Ideas (NI) termina una época en la historia política de El Salvador que pone fin a la hegemonía de ARENA y el FMLN. En el marco de su ideología y posiciones políticas ya no representan ninguna alternativa.

Se abre un espacio nuevo e incierto con un presidente que goza de una aprobación superior al 70 % y que ahora tiene el control del Poder Legislativo. La pregunta es ¿Qué hará con ese poder?.

 

 

Twitter: @RubenAguilar

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