Red Pública.

 

Edgar Mereles Ortíz.

 

 

 

Las mujeres cuatroteologístas.

“…pero entonces lloraba por mí,

ahora lloró por verla morir.”

Oleo de una mujer con sombrero.

Silvio Rodríguez.

“Lucharon por la democracia y

gobiernan para la dictadura.”

Hermenegildo García.

Difícil en estos tiempos escribir sobre la participación de las mujeres en la vida política de la nación, difícil porque la línea entre la objetividad y la subjetividad, que para algunos observadores tiene rostro de machismo y misoginia, es imperceptible al ojo humano. Me decido brincar el acantilado y escribir mi análisis sobre el desempeñó que tres funcionarias del actual régimen político han demostrado en los últimos meses.

Quiero decir que tuve la gran oportunidad de conocer a María Elena Chapa, política regiomontana, de ideas, carácter, feminismo por la justicia sin venganza, igualdad sin excesos y equidad con responsabilidad. También goce de la exquisita y elegante forma de hacer política de María de los Ángeles Moreno, mujer culta, con experiencia, conocimiento y un enorme amor a su país. Sufrí la arrogancia y la soberbia de Beatriz Paredes política de buenas lecturas, discursos elocuentes pero escasa educación y nula vocación democrática.

También gozo de la amistad de mujeres de lucha social, popular y de colectivos; de inteligencia a prueba de crisis, enorme capacidad de organización y férrea voluntad por defender sus polémicas causas. Lideresas de un México que a muchos no les gusta, otros las quieren mantener en la opacidad y algunos más la toleran como un acto de misericordia y no de identidad o empatía, me refiero a Guillermina de la Torre, Alejandra Barrios y Yolanda Lozano.

Conocer y vivir la política con mujeres como ellas fue una lección cotidiana, un aprender sobre la multifacética vida de la política mexicana. La política de ideas con la del pragmatismo, la de la construcción de acuerdos con la de las imposiciones, la de la movilización popular con la de los discursos de opalina y simulados. Así es la política, sin maniqueísmos, con ambigüedades, aciertos, convicciones y rompimientos.

A través de ellas, y muchas más, conocí el pensamiento de la mujer y sus causas, sus motivos por obtener la igualdad, la equidad y la libertad. Desde mi infancia, abrazo la lucha contra la violencia, pero, como todo hijo de una profesora y madre soltera, aprendí que decirle a las mujeres una crítica o un señalamiento debe ser dando la cara y con elementos. Así que procedo.

Elizabeth García Vilchis.

Desde hace unos meses el gobierno con una preocupante tendencia fascista tomó la decisión de implementar una sección que dé información veraz, transparente y objetiva para equilibrar lo que se informa a través de los medios impresos, electrónicos y en las redes sociales. Otra decisión fue la de colocar a una dama al frente de esta labor con el deseo de ser un rostro amable, terso y generalmente aceptado.

Los contenidos que presenta Elizabeth son elaborados por el personal que trabaja para Jesús Ramírez el coordinador de comunicación social de la presidencia. A Elizabeth se le dan los guiones y ella cumple con presentarlos. El problema es que a García Vilchis nadie la entrenó ni la capacitó para ser vocera de una guerra del gobierno contra periodistas y medios de comunicación.

Vilchis, se parece más a un coronel del ejército norteamericano en la guerra de Vietnam, informado sobre las bajas; que una periodista con formación, información, criterio y decisión. A este gobierno le está sucediendo lo mismo que a los cuatro anteriores: están perdiendo o ya perdieron la narrativa.

Elizabeth ya es un daño colateral, una víctima de las mentiras y la avasalladora información de cortinas de humo y manipuladora de Andrés Manuel y sus aplaudidores.

 

 

Delfina Gómez Álvarez.

En la campaña electoral por el gobierno del Estado de México, la profesora de Texcoco se dió a conocer. Morena atendió y entendió las encuestas que indicaban, en esos días del año 2016, que una de las profesiones más respetadas y reconocidas por la población es la de ser profesor.

Delfina Gómez cumplió con el perfil popular más no con el perfil político para competir por una de las gobernaturas más importantes del país, en uno de los estados con una clase política profesional, una clase empresarial muy influente y una población con elevada percepción de la política.

Gómez Álvarez y Morena hicieron una campaña fuerte, luchando en todas las trincheras; de pronto, la intensidad de la campaña bajó, la presencia de la candidata disminuyó y todo se desinfló. Algunos pensamos que AMLO optó por la derrota, al Igual que en Veracruz, para no desgastarse en gobiernos de corto plazo y poner en evidencia las debilidades del movimiento.

Ayer, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sancionó a Morena por la retención y mal uso de la profesora Delfina Gómez Álvarez en sus funciones de presidenta municipal sobre los sueldos y salarios de los trabajadores. La multa es indirectamente una sanción moral contra Delfina.

La titular de la Secretaría de Educación Pública, donde despachó José Vasconcelos, Torres Bodet, Reyes Heroles, González Avelar; no tiene la calidad ética, moral, profesional y jurídica para continuar en el cargo.

La simple sospecha sobre sus presuntos actos delictivos la obliga a renunciar o a que el presidente de la República, luchador implacable contra la corrupción, la destituya.

Claudia Sheinbaum Pardo.

Alguien debería de darle un seguimiento al desempeño de la Jefa del gobierno de la CDMX, para poder redactar un “Manual sobre cómo perder la oportunidad de ser candidato a la presidencia.”

Decía Daniel Cossío Villegas, que uno de los actos del poder político más importante, unipersonal y trascendente del presidente es cuando designa y da a conocer a sus sucesor. Andrés Manuel sabe del peso simbólico de ese acto supremo de poder. Pero violó una regla no escrita sagrada y fundamental para sobrevivir entre la política antropófaga: saber conocer el tiempo, como diría Renato Leduc. Es de sabios saber entender los tiempos políticos para dar a conocer las decisiones transexenales.

Desde el día que Obrador la expuso al respetable, una cadena de desaciertos y malas decisiones han venido delineando la ruta de la vergüenza para la científica Claudia. Su política de espejo se ha agotado, carece de discurso propio y eso genera un desdibujamiento de su personalidad.

Hacer “copy-page” de lo que dice y hace su destapador presidente, lo único que logra es comunicar una entrega y abyección a tal nivel que parece el renacimiento del Maximato callista. Nadie quiere volver a esos tiempos, mucho menos Marcelo y Ricardo. Por ello, es que pacientemente son espectadores de la caída de Claudia como aquel tramo de la línea 12 del metro.

Claudia Sheinbaum Pardo no será la candidata, su lealtad la ha llevado a la confirmación con propios y extraños: la preciosidad de su campaña por la república la expone, el uso de recursos económicos para sus familiares la coloca en la vulnerabilidad y, para colmo de males, la pésima administración de la cuarta ola de la pandemia la deja en un sitio muy mediocre en el desempeñó y solución de crisis.

El candidato está en el Palacio pero del Cobián. Haciendo política, sentándose con la satanizada derecha panista, recibiendo a los grupos de búsqueda de desparecidos y por si fuera poco, dirigiendo la orquesta como segundo director de las conferencias matutinas.

Ahí está el tapado.

De la Fábrica de Santa Rosa:

Alejandro Gertz Manero está decidido a DESTROZAR toda ética profesional, racionalidad jurídica, sentido de la responsabilidad y compromiso con la cultura de la legalidad y el Estado de Derecho.

La inhumana detención, extorsión, amenaza y abuso contra Alejandra Cuevas y sus hijos me hace sentir que estoy frente a un funcionario de las dictaduras cubana, nicaragüense o rusa.

Alguien debe ponerle un freno a esta locura que se pasea por las oficinas de la Fiscalía General de la República. ¡Por favor! necesitamos una señal de que no todo está perdido en el Gobierno de México. No dejemos de colocar en nuestras redes sociales las etiquetas: #LibertadParaAlejandra #LibertadParaAlejandraYa.

Desde los gélidos alfalfares de Coapa, Tlalpan.

12 de enero 2022.

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