El Dedo en la Llaga – ¿Vecinos distantes?

 

Hay que abrir la política hacia las oportunidades que se presentan. Es hora de sumar certidumbre.

Conciliador, pragmático y discreto. Ha sobrevivido a las desgracias y al dolor. Decidió pasar de la ira y las suposiciones a la dignidad y el respeto en su enfrentamiento con Donald Trump.

Su discurso no permite divisiones, sino da paso a la unidad. Cree que Estados Unidos sólo podrá hacerle frente a la pandemia si está unido. Persistente y perspicaz, hasta que logró, después de tres nominaciones, la Presidencia del país más importante del mundo. Sí, es Joe Biden.

En el inicio de su administración, la relación con México pasa por un momento de tensión. Un exabrupto o cambio arbitrario de las reglas del juego puede ser fatídico. Lo que se necesita es construir certidumbre para la inversión y un sólido estado de derecho. No estamos solos en el mundo, hay toda una economía globalizada y el T-MEC es clave para la recuperación.

Hace pocos días, México recibió un reclamo por violar el acuerdo con políticas que bloquean la inversión privada en el sector energético, como los 30 mil millones de dólares y 78 mil empleos que representa el mercado de las energías renovables en nuestro país.

Así de grande sería el impacto si esa industria se fuera, además de un conflicto mayor, dado que la agenda de Biden incluye un fuerte impulso a esa clase de proyectos.

¿Que saben otros países de las energías limpias que nosotros no? En Chile, los autobuses del transporte público de la capital son eléctricos o ecológicos.

Nueva Zelanda proyecta cero emisiones de efecto invernadero para 2050. Esa es la apuesta mundial.

La joya de la corona del T-MEC, la cadena productiva de la industria automotriz significa la cuarta parte de todas las exportaciones mexicanas y trae muchas más divisas que el petróleo y las remesas.

Nuestros productos agrícolas están libres de aranceles, en tanto se cumplan las normas de calidad, ambientales y laborales.

¿Qué sucedería si el T-MEC terminara por un problema político? El escenario es posible, por las presiones de actores poderosos como la AFL-CIO, que ya alista todas sus armas legales para proteger de la mano de obra mexicana a sus agremiados.

Seguir las reglas y acuerdos firmados es la mejor protección.

¿Cuál será la posición de Joe Biden con respecto a otras iniciativas de su gobierno vecino del sur? Gricha Raether, representante del Partido Demócrata en México, sostiene que “demonizar” al outsourcing no es conveniente, y es claro en afirmar que se podrían tomar cartas en el asunto si se afectan los intereses de empresas de su país establecidas en el nuestro.

Biden llega a la Casa Blanca sin escatimar en dinero para enfrentar la pandemia, lo que permite a nuestros migrantes mantener sus empleos y enviar 40 mil millones de dólares en remesas que benefician a 10 millones de familias.

No hay programa social mexicano que tenga ese alcance. También tiene una iniciativa de reforma migratoria para beneficiar a 11 millones de indocumentados con ideas como el acceso más rápido a la ciudadanía para los jóvenes estudiantes que llegaron a Estados Unidos desde la infancia.

¿Pedirá a México que actúe como su patrulla fronteriza? ¿Cómo planteará la cooperación bilateral en el combate al crimen organizado que afecta a ambas naciones? ¿Cómo será la relación con la DEA y sus agentes?

También hay grandes apuestas mexicanas.

El Corredor Transístmico tiene comprometidos 46 mil 600 millones de pesos en su habilitación, para cruzar mercancías entre el océano Pacífico y el golfo de México y crear por lo menos 550 mil empleos directos e indirectos en una zona de desarrollo convertida en una cortina contra la migración con parques industriales y muchas exportaciones al abrigo del T-MEC.

Hay que abrir la política hacia las oportunidades que se presentan.

Es hora de sumar certidumbre, reglas claras y puertas abiertas a la inversión y al futuro.

POR ADRIANA DELGADO

ADRIANAD16@YAHOO.COM.MX

@ADRIDELGADORUIZ

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