La inflación anual en México subió a 3.76% en septiembre, superando el 3.57% de agosto, según el INEGI. Aunque el aumento se mantiene por debajo del límite superior del rango objetivo del Banco de México (Banxico), los precios al consumidor ligan dos meses al alza. La cifra también quedó ligeramente por debajo del 3.78% previsto por analistas, mientras que el índice subyacente, que excluye alimentos y combustibles, se ubicó en 4.28%, alineado con las expectativas del mercado.
¿Qué acciones tomó Banxico ante estos datos?
El Banco de México decidió recortar las tasas de interés en un cuarto de punto, llevándolas a 7.50%, en la décima reducción consecutiva desde marzo del año pasado. Aunque la decisión fue dividida, con el subgobernador Jonathan Heath a favor de mantener la tasa, el banco mantuvo abierta la posibilidad de recortes adicionales en futuras reuniones. Las autoridades proyectan que la inflación alcance el rango meta de 3% ±1 punto porcentual durante el tercer trimestre de 2026.
¿Cómo impacta la economía mexicana?
La economía mexicana ha mostrado signos de desaceleración, pero Banxico espera evitar una recesión este año. La proyección de crecimiento para 2025 se elevó a 0.6%, desde el 0.1% previo. Los analistas consultados por Citi estiman un avance de 0.5% y una inflación de 3.96% para el próximo año.
Sin embargo, factores externos como la guerra comercial con Estados Unidos representan un riesgo al alza para los precios. Los aranceles afectan especialmente al sector automotor, metalúrgico y otros productos no incluidos en el T-MEC. México y Canadá acordaron coordinarse antes de la revisión del tratado en 2026 para mitigar estos impactos.
¿Qué implicaciones tienen las tasas bajas?
El ciclo de relajación monetaria iniciado en marzo del año pasado ha reducido gradualmente los costos de endeudamiento desde 11.25%, buscando estimular la economía ante la desaceleración. Expertos consideran que los datos recientes de inflación, aunque al alza, no deberían modificar el plan de Banxico de continuar con un ciclo flexible de tasas, equilibrando crecimiento económico y estabilidad de precios.
En resumen, México enfrenta un escenario de inflación moderada, crecimiento limitado y riesgos externos que podrían alterar la estabilidad económica, mientras Banxico mantiene un enfoque proactivo en política monetaria y control de precios.
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