Razón en Blanco – Economía y Pandemia

Hace tres o cuatro años presenté una ponencia sobre Democracia en América Latina en el Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales, antes de mi ponencia fui testigo de otra que planteaba un tema, por lo menos diferente, y fue “el impacto económico por las muertes de los potenciales consumidores”.

El ponente señalaba que existía una relación inversamente proporcional entre las muertes de las personas y el crecimiento económico. O, dicho de otra manera, que mientras más personas fallecidas, habría decrecimiento económico, entre otras cosas porque estas personas dejarían de consumir y por tanto la economía se vería afectada.

En ese momento yo le señalé al ponente que los números no mentían y que efectivamente a menos consumidores habría menos ganancias económicas, sin embargo, y se lo pregunté así: ¿Qué la gente fallezca no sería también una especie de equilibrio económico frente a las grandes desigualdades en el mundo? O, dicho de otra manera, que la gente muera, de manera natural, ¿no sería algo “positivo” para el planeta?, entre otras cosas por la explosión demográfica, el consumo y las consecuencias para el cambio climático. El ponente sorprendido por mi pregunta me respondió: no lo había visto así, pero podría ser.

En medio de esta pandemia tan trágica para millones de familias y en medio de las “buenas” noticias divulgadas por el Fondo Monetario Internacional respecto a que la economía mundial se recuperará en este 2021 y se estabilizará para el 2022, vino a mi memoria esa reflexión sobre la relación muerte/economía.

El informe actualizado del FMI señala que la economía mundial del 2020 decreció en un 3.5% pero se espera que para el 2021 crezca un 5.5%. Esto último dependerá de que tan rápida sea la vacunación y que tan efectivas sean las vacunas. Para el 2022 creceremos un 4.2%. Sin embargo, estas proyecciones serán desiguales entre países y regiones, por ejemplo, América Latina crecerá un 4.1 % en 2021 mientras que para el 2022 crecerá un 2.9%, insisto, esto siempre y cuando la vacunación sea homogénea, de lo contrario, estas proyecciones podrán alejarse de la realidad. Además, cabe aclarar que el mismo FMI invita a los estados a fomentar las inversiones verdes y sostenibles.

La muerte, algo tan “natural” de la vida, se ha hecho presente más que nunca en nuestras vidas con la pandemia, ya sea por el temor a enfermarnos, el miedo a enfermar a otros o, la posibilidad latente de perder a nuestros seres queridos. Para aquellos que, si los perdieron, mis más sentidas condolencias.

En este mar de idas y venidas y de noticias buenas y no tan buenas, me queda claro que el mundo no ha dejado de girar en sus diferentes dimensiones: la política, la social, la económica. Sin embargo, si de verdad somos “homo sapiens”, es momento de probarlo, pues esta experiencia nos ha recordado dos cosas muy relevantes, con las que cierro esta reflexión: 1) que hay cuidar de nuestro planeta y 2) la economía y sus números deben girar en torno a la humanidad y no al revés.

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