1er. Día de la novedad de la cuaresma

 

Miércoles de ceniza del tiempo de cuaresma ciclo B

Pbro. Daniel Valdez García

 

¡Hermanos!

 

Hoy damos inicio a la Cuaresma sin imposición de la ceniza en las Iglesias, en mi caso se ha dado por familias la mayor cantidad posible para que ellos se impongan a sí mismos este signo de penitencia y conversión.

 

Mi propuesta para esta Cuaresma consiste en ir más allá de la tradición y la costumbre para ofrecer la frescura de la novedad del Evangelio en este tiempo litúrgico que nos advierte que la tentación y la lucha contra el mal son una realidad presente en nuestra propia vida y sociedad. Sin embargo, aquí y ahora más que preparación ante la tentación y la lucha contra el mal de frente a esta pandemia que estamos pasado junto con otros males, estoy seguro que será más benéfica la cuaresma si nos proponemos DISFRUTAR lo que ahora hemos de vivir preservando la vida y la salud, que son nuestras más grandes riquezas.

 

Ya sé que me dirán: “Eso es un giro a la cuaresma”, y así es, y precisamente la conversión es eso, un giro para dejarnos encontrar por Dios.

 

Me voy a centrar en los pasajes del Evangelio cuyo texto verán día a día, y en la reflexión me propongo desentrañar la novedad que nos permite reenamorarnos de una Cuaresma que ahora no nos prepara sino que nos lanza para hacer frente a la tentación y al mal con el que venimos luchando ya por un poco más de una año haciendo frente a esta pandemia.

 

  1. Lectura del evangelio según Mateo (6, 1-6. 16-18):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

 

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

 

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

 

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.

 

  1. Desentrañar la novedad de la Cuaresma

 

Tradicionalmente la Cuaresma es un tiempo de cuarenta días de preparación, de penitencia y de recociliación antes de llegar a la celebración del triunfo de Jesús con su Pascua. Bíblicamente el número cuarenta significa” totalidad” o “cumplimiento” (Génesis 6-10; Exodo 16, 35; 34, 28; 1 Reyes 19, 8; Marcos 1, 12-15).

 

Este tiempo litúrgico se distingue por el color morado, la austeridad en los adornos, ausencia de instrumentos, del canto del aleluya y de la gloria para enfatizar la reconciliación con Jesús que dio su vida por la salvación de toda la creación.

 

Sin exagerar, estoy plenamente convecido que en esta pandemia y en todo este tiempo hemos sufrido toda la humanidad crisis tras crisis pues nadie estábamos preparados y aún no tenemos la cura aunque ya se están aplicando las vacunas.

 

Si no hacemos acto de conciencia en esta cuaresma sólo estaremos haciendo o repitiendo ritos acartonados que terminan por no entenderse. Por ejemplo, el pasaje del evangelio de hoy nos habla de la importancia de la limosna, la oración y el ayuno. Por lo cual hemos de tener claro que a la fecha muchas personas han perdido su trabajo, que en los hospitales hay muchas carencias e incluso desabasto. Toda ayuda que se dé al prójimo es importante,

 

En cuanto a la oración, hoy más que nunca sanos, enfermos y equipo de salud que están en la primera línea de batalla necesitan de nuestra oración, así como aquellos que han quedado con secuelas, que se han quedado en la orfandad por la muerte de sus padres o los que se han quedado sólo de tantas formas por los divorcios incrementados o los niños recién nacidos y contagiados desde Kawasaki hasta Covid-19.

 

Y en cuanto al ayuno, hay que tener una conciencia plena de que es importante dejar de comer carne, pero es más importante dejar de comer prójimo, La crítica, el chisme y la burla nos alejan de Dios y de nuestros hermanos.

En pocas palabras, el ayuno, la oración y la ayuda a los necesitados, si verdaderamente quieres que te sirvan para alcanzar, o al menos para crecer en santidad, debes de tener la característica de “hacerlo en secreto” y DISFRUTAR la oportunidad que Dios te da de ayudar mediante esas prácticas de penitencia que has de vivir sin angustia ni paranoia, sino brotando de un corazón agradecido porque tienen vida y salud; es decir, es algo entre Dios y tú, si no sigue ganando el pequeño fariseo que llevas dentro.

 

Que la Santísima Trinidad nos ayude a ser testigos de la Novedad de la Cuaresma.

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