De acuerdo con el Servicio de Monitoreo de Atmósfera Copernicus, el agujero que se encontraba en el Ártico se cerró.
En marzo del 2020 se descubrió la existencia del agujero un mes después la Agencia Espacial Europea lo confirmó, esto después de haber analizado datos del satélite Sentinel-5P de Copernicus. Se calculó que tenía aproximadamente un tamaño de un millón de kilómetros cuadrados.
Científicos han llegado a la conclusión que el enorme agujero en la capa de Ozono se cerró no sólo por la disminución de la contaminación durante la pandemia derivada del coronavirus, sino que también por una ola de calor que se generó y la cual ayudó a cerrarlo.