Hace un año todavía había cierto escepticismo sobre unos de los proyectos insignias de la presente administración, el Tren Maya, pero tal parece que conforme ha pasado el tiempo, la mayoría se ha ido convenciendo de su viabilidad y beneficios.
El presidente Andrés Manuel López Obrador explicó que el tren será financiado con recursos propios, es decir, provenientes del Fondo Nacional para el Fomento al Turismo (Fonatur), organismo que se encarga de recaudar los impuestos de los turistas que llegan a México, así como con ganancias de la producción petrolera y con los ingresos que se puedan obtener “cuando haya crecimiento económico”, como lo mencionó.
Me parece trascendental que el gobierno comente -a la par del financiamiento-, ¡lo más importante!, ¿de qué manera lograrán un impacto ambiental positivo sin fragmentar la selva y evitando nuevos desarrollos?
El 14 y 15 de diciembre se llevará a cabo la consulta y posteriormente se darían a conocer todos los contratos asignados para la obra que pasará por cinco estados: Chiapas, Campeche, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán. Mismas en donde según el gobierno todas estas entidades las autoridades estatales y municipales, ya están prácticamente de acuerdo con el proyecto.
Ese ¨prácticamente¨ habla de que todavía existen grupos de oposición. Hay siete organizaciones de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, que expresaron su desacuerdo mediante un comunicado. Tacharon el proyecto de “capitalista y depredador¨; de explotación, vulneración y marginación a sus pueblos y comunidades. Por tanto, rechazaron la obra y el mecanismo de participación anunciado por el presidente.
Un día antes de este pronunciamiento, López Obrador había dicho que se respetaría la voluntad de los ciudadanos: “Si la gente dice no, ahí quedó, hasta ahí llegamos; el pueblo manda”.
Peeero más allá del descontento y las promesas, los representantes de Fonatur ya cuentan con los derechos de vía, adjudicación de contratos y con obras preliminares en marcha en algunos tramos.
Esta situación nos dice que es prácticamente imposible que los trabajos se detengan y confirma que la consulta es un requisito que debe cumplir el gobierno porque forma parte de una promesa como muchas otras que hizo el Presidente.
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