La oposición desaparecida

Por Ricardo Peralta.

La oposición en México vive virtualmente, el cinismo y el ridículo son las características de quienes se autodefinen como resistencia. Utilizan repetitivamente versiones de pasada caducidad creyendo que su difusión las hará realidad. Ya nadie les cree.

Nunca podrá la oposición conservadora de México recomponerse con autoridad política y moral frente a la sociedad. La condena por narcotráfico de casi 40 años a Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública del último gobierno del PAN siendo presidente Felipe Calderón Hinojosa, es el último clavo del ataúd donde se acreditó un auténtico narcogobierno.

La derecha mexicana ha intentado encabezar banderas que tradicionalmente han sido populares y con cercanía ideológica al progresismo, a la izquierda, quisieron conquistar a organizaciones campesinas, a sindicatos, feministas, maestros, a la comunidad lésbico-gay, a intelectuales, a líderes universitarios, todas las intenciones han sido infructuosas.

Salvo un puñado de comentócratas, periodistas a sueldo identificados como mercenarios que difunden noticias falsas y crean narrativas acusando a los gobiernos de la transformación de narcogobiernos, se quedan solamente en eso, en ficciones mediáticas que no arrojan un solo dato duro, las supuestas investigaciones en otros países, particularmente en Estados Unidos, han sido completamente falsas, han usado documentos apócrifos, se ha consultado con las autoridades de ese país y han desvirtuado lo que aquí quisieran que ocurriera viendo al vecino del norte como el único salvador ante la ausencia de simpatizantes nacionales.

La oposición en México vive virtualmente, el cinismo y el ridículo son las características de quienes se autodefinen como resistencia. Utilizan repetitivamente versiones de pasada caducidad creyendo que su difusión las hará realidad. Ya nadie les cree.

El drama de los desaparecidos en México es un capítulo sumamente doloroso para el país entero, la omisión profunda del peor gobierno de la historia de México que fue el del peor presidente, Vicente Fox, comenzó con esa muy lamentable historia, con Calderón están acreditados los nexos entre los grupos de la delincuencia organizada, principalmente el narcotráfico y su gobierno. Hoy, querer capturar la atención y acudir cerca de ellos evidencia su vileza y maldad. Las madres y padres buscadores merecen todo nuestro respeto y consideración, lo que han logrado durante décadas es absolutamente su mérito.

Querer politizar el dolor de las familias de desaparecidos dibuja muy bien la ausencia absoluta de humanidad e integridad de los miembros de la oposición conservadora de México.

La maldad con la que los grupos de la delincuencia organizada han actuado para desaparecer personas es un capítulo en México que todavía no se ha resuelto y que todos esperamos se concluya en el menor tiempo posible. Y que se lleve a la justicia a los verdaderamente culpables tanto por acción como por omisión, sea quien sea.