11 aniversario

El futuro de la ONU

Raúl Contreras

Por: Raúl Contreras Bustamante

Hace unos días se conmemoró el 80° aniversario de la Organización de las Naciones Unidas, institución que es el punto de encuentro, discusión y de acción común en el concierto de las naciones en favor de la protección de derechos humanos y la convivencia internacional.

Debemos recordar que su precursora fue la Sociedad de las Naciones, conformada en 1919, tras el término de la Primera Guerra Mundial, que tuvo el objetivo fallido de promover la cooperación internacional para lograr la paz y la seguridad.

Tiempo después y concluida la terrible Segunda Guerra Mundial —en 1945— fueron 51 naciones las que trabajaron en la redacción y firma de la Carta de la ONU para constituir una nueva organización internacional capaz de procurar la paz en el orbe y evitar nuevos conflictos armados mundiales.

Desde entonces y gracias al fomento de relaciones de amistad entre las naciones, su crecimiento ha sido permanente; ahora 193 naciones están representadas en la Asamblea General, que en su principal órgano deliberante.

En la actualidad, el mundo es testigo de conflictos armados como en Ucrania, Gaza y Sudán; y la ONU sufre los embates del debilitamiento en el compromiso político y económico de algunos de sus más importantes miembros. Ejemplo de ello, fue la reciente participación del presidente Donald Trump, en el encuentro anual de la Asamblea General.

El discurso fue controversial, impolítico y excedido de tiempo. Se dedicó a elogiar sus propios logros de pacificación en el orbe —al margen del trabajo sustantivo de la ONU— y criticó las actividades de protección a la migración, cambio climático y ayuda internacional a las víctimas de los conflictos armados, que son objetivos fundamentales de la ONU para construir el derecho humano al futuro.

La posición de uno de los más poderosos miembros de la organización —otrora uno de sus mayores donatarios— es preocupante, puesto influye en la opinión y actuación de otros líderes mundiales y afecta los compromisos comunes de la organización.

Si bien es cierto que han disminuido de forma considerable sus logros para la pacificación mundial o la conducción del desarrollo sostenible, lo cierto es que aún representa la más importante institución que la comunidad internacional reconoce para poder obtener la gobernanza mundial, el desarrollo compartido, así como la convivencia pacífica.

La ONU y todos los organismos internacionales han sido cuestionados por invadir la soberanía de las naciones. Sin embargo, debemos recordar que la cooperación internacional no es una reducción en las capacidades de los Estados, sino un reconocimiento de problemas comunes y la necesidad de emprender un trabajo conjunto en la búsqueda de la paz mundial.

La historia de la humanidad demuestra cuánto se ha padecido cuando fracasan los esfuerzos internacionales y prevalecen el aislamiento o el unilateralismo. Debe de preocuparnos que naciones que han sido partícipes de las grandes conflagraciones mundiales y que luego impulsaron la globalización y la creación de instituciones de cooperación, hoy sean quienes las estén debilitando.

El 80° aniversario de la ONU debería servir para una necesaria y profunda reflexión sobre su futuro. Porque la paz, dignidad e igualdad de las naciones, así como la falta de solidaridad en la toma de acuerdos para cuidar al planeta, están en riesgo. Y con ello, la humanidad entera.

Como Corolario, el pensamiento de Ricardo Ribero, exrector de la Universidad de Salamanca: “El reconocimiento de las generaciones venideras y el pensamiento de largo plazo, es la construcción del derecho humano al futuro”.

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