Sentir atracción por alguien más cuando se tiene pareja es una situación más frecuente de lo que se piensa, aunque muchas veces se viva con culpa o confusión. No siempre se trata de falta de amor o compromiso, sino de procesos emocionales y biológicos naturales que pueden aparecer incluso en relaciones estables.
De acuerdo con especialistas en psicología de pareja, la atracción hacia otra persona no necesariamente implica infidelidad ni deseo de terminar una relación. “El cerebro humano busca constantemente estímulos nuevos, y el enamoramiento activa zonas de placer similares a las que se despiertan con recompensas o logros”, explica la terapeuta de pareja Laura Sánchez, quien agrega que esta reacción puede surgir incluso cuando existe amor y apego por la pareja actual.
Una cuestión de deseo y novedad
Con el paso del tiempo, las relaciones estables suelen entrar en etapas más tranquilas y previsibles. Es ahí cuando la mente humana —curiosa por naturaleza— puede sentirse atraída por lo diferente o lo desconocido.
“La atracción por alguien nuevo puede ser un reflejo de necesidades emocionales no atendidas, o simplemente una respuesta a la rutina”, señala Sánchez.
Sin embargo, los expertos advierten que la clave está en cómo se maneja esa atracción. Sentir gusto por alguien no es lo mismo que actuar en consecuencia. Identificar la causa detrás del interés —ya sea emocional, sexual o circunstancial— puede ayudar a fortalecer la relación en lugar de ponerla en riesgo.
Señales que invitan a la reflexión
Psicólogos coinciden en que este tipo de experiencias pueden ser un llamado a revisar la dinámica de pareja:
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Falta de comunicación emocional: cuando se deja de compartir lo que se siente o piensa, es más fácil que alguien externo despierte atención.
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Rutina excesiva: la monotonía puede apagar la chispa inicial y abrir espacio a nuevas ilusiones.
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Necesidad de validación personal: sentirse deseado o admirado por otra persona puede alimentar el ego y la autoestima.
No todo está perdido
Los especialistas recomiendan no reprimir ni idealizar lo que se siente, sino analizarlo con honestidad y madurez. Hablar abiertamente con la pareja, fortalecer la intimidad y redescubrir espacios compartidos puede ser el primer paso para reavivar el vínculo.
“Amar a alguien no significa dejar de notar la belleza o el encanto en otros, sino decidir a quién eliges cada día”, concluye la terapeuta.
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