Cutzamala a menos 25 % de completar su capacidad; se pronostica abasto para 2026.
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¿Cuál es la situación actual del Sistema Cutzamala?
El Sistema Cutzamala, encargado de abastecer de agua potable a la Ciudad de México y municipios del Estado de México, reporta un almacenamiento de 75.53 %, lo que representa una reducción de 24.47 % respecto a su capacidad máxima. Este déficit equivale a 173 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para cubrir el consumo anual de aproximadamente 351 mil familias de cuatro integrantes.
¿Qué implicaciones tiene este déficit en el consumo familiar?
En promedio, una familia de cuatro personas utiliza mil 350 litros diarios, es decir, 492 mil 750 litros al año. Con la pérdida actual en el Cutzamala, se evidencia que la sequía y la disminución del almacenamiento impactan directamente en la disponibilidad del recurso para la población. Cada integrante de la familia consume entre 300 y 380 litros diarios, mientras que los mayores usos en el hogar se concentran en inodoro (40 %), ducha (32 %) y lavadora (14 %), lo que muestra que acciones sencillas de ahorro pueden marcar la diferencia frente a la escasez.
¿Cómo se compara con niveles históricos y cuál es la calidad del agua?
En agosto de 2016, el Sistema Cutzamala alcanzó un máximo histórico de 90.32 %, equivalente a 706 millones 736 mil metros cúbicos. Comparado con los 75.53 % actuales, se observa una reducción de más de 14 %, es decir, 115 millones de metros cúbicos menos, lo que evidencia la magnitud del déficit y su impacto potencial en los hogares de la región.
A pesar de la disminución, la calidad del agua se mantiene dentro de los parámetros permitidos por la Norma NOM-127-SSA1-1994 modificada 2000, según los reportes de la Planta Potabilizadora Los Berros. Los niveles de turbidez, color y pH se encuentran en rangos seguros, garantizando un suministro confiable para la población, aunque la gestión eficiente del recurso sigue siendo crucial.
Este escenario resalta la importancia de monitorear los niveles de almacenamiento y fomentar prácticas de ahorro doméstico, especialmente en un contexto donde el consumo familiar puede representar una proporción significativa de la demanda total del sistema. La conciencia sobre el uso responsable del agua y la adopción de medidas preventivas se vuelven esenciales para garantizar el abastecimiento durante periodos de sequía.
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