Por: Ricardo Peralta
¿Quiénes sostienen el alma de Estados Unidos, cultivando sus tierras, edificando sus ciudades y enriqueciendo su vibrante cultura? Los 37 millones de personas de origen mexicano, el corazón de esa nación, merecen respeto, no persecución. En un mundo fracturado, México y Estados Unidos pueden forjar una alianza de paz, nulificando el intervencionismo y abrazando la diplomacia institucional. Su vínculo, un tapiz de turismo, cultura y negocios, es un tesoro para quienes celebramos su diversidad. La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, en su reunión de una hora con el presidente Donald Trump, puede consolidar esta visión.
México y Estados Unidos son un mismo corazón cultural, comparten una frontera que vibra con intercambios: tacos en Los Ángeles, jazz en Ciudad de México, festivales que fusionan tradiciones. Los mexicanos en Estados Unidos, con generaciones de arraigo, aportan el 8% del PIB en agricultura, construcción y servicios, mientras tejen una cultura compartida. Cada año, millones de turistas cruzan la frontera, y el comercio de 1.7 billones de dólares impulsa negocios binacionales. Sin embargo, la persecución de migrantes y posturas intervencionistas, como amenazas de aranceles, ponen en riesgo esta riqueza.
El intervencionismo, con presiones económicas o narrativas que cuestionan la soberanía, fractura la confianza. La Dra. Sheinbaum, con pragmatismo y nacionalismo, apuesta por la diplomacia institucional. En marzo de 2025, negoció la suspensión de aranceles al T-MEC, priorizando el diálogo. Su reunión con Trump es una oportunidad para rechazar el intervencionismo y avanzar en acuerdos:
• Regularización migratoria: Legalizar a trabajadores que fortalecen ambos países.
• Seguridad compartida: Combatir el tráfico de armas y drogas, con 32,000 armas incautadas en México desde 2019.
• Unidad cultural: Promover intercambios que celebren la diversidad, no narrativas de odio.
Sheinbaum, presente en foros como el G7, posiciona la diplomacia como una fuerza civilizatoria, protegiendo el vínculo que nutre turismo, cultura y negocios.
La International Crisis Group señala la relación México-Estados Unidos como un conflicto a observar en 2025. Proteger a los trabajadores mexicanos y rechazar el intervencionismo son pasos hacia una agenda binacional que aborde migración y seguridad. Instituciones como el Entendamiento Bicentenario pueden fortalecer este lazo, haciendo de ambos países un modelo de paz hemisférica, donde la cultura y los negocios florezcan.
Los trabajadores mexicanos son el latido de Estados Unidos. Su cultura compartida, del mariachi al blues, y su vínculo económico son un legado para quienes amamos viajar, crear y emprender. La Dra. Sheinbaum, con Trump, pueden consolidar una diplomacia que honre esta riqueza. México y Estados Unidos no son solo vecinos; son familia. construir puentes, no muros debe ser el lema común, ser protagonistas de paz, no de guerra.