TODOS QUIEREN TENER LA RAZÓN 

Tengo muchos amigos que pretenden obligarme a pensar como ellos, por lo menos en posturas sobre política y políticos, un tema que deja al descubierto el camino propicio para obstaculizar el diálogo o la búsqueda de soluciones equitativas.

El de hoy es un mundo en medio de un saturado espacio digital donde las personas están expuestas a puntos de vista que refuerzan o contrastan posturas propias llevándonos al fanatismo, en atención a la necesidad de mantener comunidad y buscar apoyo para ciertas ideologías.

Si bien imperfecta, la democracia es el camino correcto para concertar y entendernos, se basa en respetar al otro, más cuando si todos pensáramos igual, el panorama sería aburridisimo.

La justicia social contrasta con economía, seguridad, educación, empleo y salud, aspectos entre otros que dependen del ejercicio del poder, atendido sobre la base de emociones fuertes y pasiones para conectar con ideologías o figuras públicas.

Todos estamos tratando de promover y defender creencias propias, puntos de vista opuestos, una competencia sin tregua, un deseo por demostrar que se tiene la razón y que se es el líder más competente, sin embargo, un debate saludable, dedica su entorno a ultimar soborno, nepotismo, fraude y abuso de poder, presentes en cualquier entorno de izquierda, derecha o centro.

El reto con fanáticos está en hacerles valorar el diálogo, fomentar la escucha sin interrumpir o juzgar, animar la investigación, conseguir que cuestionen posturas propias, destacar la importancia del respeto, ayudarles a buscar intereses comunes con sus oponentes, generar mayor comprensión e invitarles a que dejen de tratar de cambiar las creencias de los demás.

La próxima vez que un simpatizante de gobierno o entusiasta admirador de un político trate de discutir conmigo le diré: “usted tiene la razón”, así los dos podremos dormir tranquilos, él seguirá convencido y yo permitiré que hable lento para ignorarle más tiempo.

 

Por FREDDY SERRANO DÍAZ

Estratega Político