El terremoto de magnitud 7.2 que azotó las tierras de Taiwán, hasta el momento ha dejado un saldo de 10 personas fallecidas, y más de 1000 heridos. Este desastre natural ha provocado en la isla una operación masiva de rescate en búsqueda de más de 600 personas atrapadas o desaparecidas.
Las consecuencias han sido devastadoras, especialmente en el Parque Nacional Taroko, donde un senderista de 65 años perdió la vida tras ser sepultado por rocas.
Las operaciones de rescate están en pleno apogeo, concentrándose principalmente en el difícil acceso al Parque Nacional Taroko debido al terreno inestable y las constantes réplicas. La urgencia es palpable, con más de 7,860 efectivos militares, policiales y bomberos, además de 16 aeronaves y 710 vehículos, movilizados para asistir en las labores de rescate.
La Agencia Meteorológica Central ha advertido sobre la llegada de un frente que traerá consigo lluvias breves pero intensas en las zonas montañosas del centro y este de Taiwán. Estas precipitaciones aumentan significativamente el riesgo de deslizamientos de tierra, caída de rocas y avalanchas, complicando aún más las operaciones de rescate.
El Centro de Respuesta de Emergencias (CEOC) ha enfatizado la importancia de cada segundo en estas circunstancias críticas, instando a una acción inmediata para salvar a las personas atrapadas y desaparecidas.
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