¿Cómo saber si tengo alergia estacional?

 

¿Qué es la alergia estacional?

Se le conoce como alergia estacional, o rinitis alérgica o fiebre del heno, a la que se presenta durante una época específica del año.

Está puede ser provocada por tres tipos de polen: gramíneas, árboles y maleza.

Quienes padecen de alergias estacionales podrían tener un impacto significativo en su calidad de vida.

Son cerca de 600 millones de personas en el mundo que tienen rinitis, y datos demuestran que esta cifra incrementa día con día.

La rinitis se divide en dos grupos: alérgica y no alérgica.

Es de suma importancia poder diferenciar entre rinitis alérgica y no alérgica: la mitad de los pacientes a los que se les recetan antihistamínicos por una rinitis alérgica presenta síntomas que no se deben a una alergia.

Por ello, se debe conocer cuáles son los desencadenantes alérgicos subyacentes. Monitorice sus síntomas.

Los tipos de polen:

Polen de gramíneas
Polen de árboles
Polen de maleza

¿Busca, como profesional sanitario, una lista exhaustiva de alérgenos del polen y síntomas asociados?

Síntomas comunes de una alergia estacional:

Nariz taponada
Picor de nariz
Goteo nasal
Estornudos
Ojos llorosos
Ojos rojos, con picor o párpados inflamados
Picor en la garganta
Inflamación de la boca/vías respiratorias

Se recomienda que al visitar al médico, llevar anotados los tipos de síntomas que se experimentan y cuándo se producen.

Monitorice sus síntomas

La rinitis alérgica afecta el bienestar físico y psicológico, pues reduce la calidad del sueño y, por tanto, afecta negativamente al rendimiento y la productividad en el trabajo, a la atención y concentración en los estudios y a la vida social del paciente.

¿Se trata realmente de una alergia estacional o de otra cosa?

Aproximadamente el 65 por ciento de los pacientes diagnosticados con rinitis alérgica y con prescripción de antihistamínicos no son alérgicos.

Dado que la rinitis alérgica y la rinitis no alérgica tienen síntomas similares, pero tratamientos diferentes, resulta crucial diagnosticar correctamente su origen y abordar el tratamiento correcto.

Un simple análisis de sangre puede ayudar a detectar la sensibilización a cientos de posibles desencadenantes alérgicos, como el polen, el moho, los alimentos y la caspa de animales.