San Martín de las Pirámides conmemoró el 216 Aniversario del Natalicio de Benito Juárez

Esta mañana, el Ayuntamiento de San  Martín de las Pirámides, conmemoró el 216 Aniversario del Natalicio de Benito Juárez.

El acto estuvo presidido por el alcalde Edgar Martínez Barragán, quien agradeció a sus compañeros del Gobierno Municipal de San Martín de las Pirámides y DIF San Martín de las Pirámides 2022-2024, así como a las instituciones educativas, por la asistencia al evento.

 

Recordemos un poco de la historia de, Benito Juárez García:  nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, Oaxaca, en un pequeño pueblo con apenas 20 familias zapotecas. Fue bautizado en Santo Tomás Ixtlán con el nombre de Benito Pablo.

Sus padres hijo Marcelino Juárez y Brígida García murieron cuando él tenía 3 años. Sus abuelos paternos, Pedro Juárez y Justa López, se hicieron cargo de Juárez y sus dos hermanas pero murieron dos años después.

Posteriormente, Benito Juárez se fue a vivir con su tío Bernardino, a quien ayudó en el cuidado del rebaño de ovejas y quien le empezó a enseñar a leer y escribir el castellano.

Como pastor, Benito Juárez perdió una oveja del rebaño por lo que se fugó del pueblo, ante el temor al castigo de su tío. Otrs versiones señalan que en realidad dejó su pueblo debido al deseo de estudiar.

En su libro Apuntes para mis hijos, Benito Juárez narró que: “Cuando mi tío me llamaba para tomarme mi lección, yo mismo le llevaba la disciplina para que me castigase si no la sabía; pero las ocupaciones de mi tío y mi dedicación al trabajo diario del campo contrariaban mis deseos y muy poco o nada adelantaba en mis lecciones”.

El 17 de diciembre de 1818 Benito Juárez tenía 12 años cuando se fue caminando hasta la ciudad de Oaxaca, donde buscó la casa de Antonio Maza, un comerciante de origen italiano. Ahí, su hermana María Josefa trabajaba de cocinera.

Benito Juárez fue aceptado como mozo. Tres semanas después conoció al fraile Antonio Salanueva, con quien empezó a trabajar y le prometió enviarlo a la escuela para aprender a leer y escribir, patrocinándole sus estudios en el seminario, lugar al que entró a los quince años, el 18 de octubre de 1821.

Durante su estancia en Oaxaca, Juárez reconoció que “hablaba yo el idioma español sin reglas y con todos los vicios con que lo hablaba el vulgo”. Pero logró corregir sus errores para ingresar al Seminario.

En 1823, cuando tenía 17 años, concluyó sus estudios de gramática latina con calificaciones de “Excelente”.