Órale Politics! – Covid 19: Razones para no usar el cubrebocas

 

Por Gustavo Cano

A casi un año del primer fallecimiento por Covid 19 en México y más de 182,000 muertos después, a la fecha existen un buen de compadres y comadres que nomás no usan el cubrebocas en lugares públicos en el país. Hoy por hoy, la manera más segura de disminuir las probabilidades de contagio es un conjunto de medidas a tomar: evitar lugares públicos con poca ventilación, lavarse las manos continuamente, no salir de casa si no es necesario y usar el cubrebocas en lugares públicos. Lo de la vacuna son buenas noticias, pero todavía está en veremos, muy poca gente ha sido vacunada en México y todavía está por verse la efectividad de las diferentes vacunas ante las diferentes cepas del virus.

Las razones por las que la gente que no usa cubrebocas en lugares públicos pueden ser muy sencillas o muy complejas, depende de quién haga la observación. Yo diría que la razón principal por la que una buena parte de los mexicanos no usa el cubrebocas es la educación. Si el 80% de los egresados de secundarias públicas no entienden lo que leen, esperar que entiendan por qué es importante que comprendan el inapreciable valor de usar cubrebocas es un simple y vulgar sueño guajiro.

Por más que uno explique la conveniencia de usar el cubrebocas en lugares públicos, la gente no entiende o no le interesa entender. ¿Por qué?

Hay varias razones, mismas que expondré sin orden particular alguno. Primero está la actitud oficial de no reforzar una política pública de uso de cubrebocas. Allá por abril-junio del 2020, algunos estados hicieron obligatorio el uso del cubrebocas en lugares públicos y algunos municipios dentro de esos estados lo medio reforzaron con multas principalmente. Pero hasta ahí. De ninguna manera ha habido un mandato a nivel nacional para que el uso del cubrebocas se lleve a cabo sin chistar. Otros países que han hecho mandatorio el uso del cubrebocas, de ninguna manera se han convertido en regímenes autoritarios. Aquí se argumenta que la libertad es mucho más importante que el cuidado de la salud durante una pandemia. Al menos eso parece.

El liderazgo del país pone el mal ejemplo. A la fecha hay líderes nacionales que no usan el cubrebocas. Y la gente los imita o los usa de excusa para no hacer caso e ignorar el uso del cubrebocas. Y no únicamente ponen el mal ejemplo, sino que estos líderes se contagian y contagian a los demás en su trayectoria de funcionario público. Entonces hacen ver un contagio como algo nada peligroso y completamente pasajero. Todo esto en un país con una de las tasas de mortalidad por Covid 19  más altas del mundo.

Argumentos económicos. Al principio de la pandemia, el argumento económico era muy poderoso. No trabajo, no como. Así de fácil, sobre todo en los países del tercer mundo. Conforme se desarrolla la pandemia quedó claro que ciertos rubros eran muy factibles que se convirtiesen en focos de contagio serios, como los cines, los teatros, el turismo, los restaurantes y los gimnasios, por mencionar algunos. Pero después, y siguiendo el ejemplo de países orientales, quedó claro que la actividad económica se vería afectada aún más si el uso de cubrebocas se ignoraba. Ciertamente, conforme llegaban las olas de contagio y de muerte, el confinamiento resultó ser la medida más efectiva. Pero actualmente, sin olas crecientes de contagios y muerte, el uso de cobrebocas permite el desarrollo relativamente normal de la economía. Sobre todo en países como el nuestro, en el que el semáforo de riesgo epidemiológico brilla por ser ignorado constantemente, con o sin cubrebocas.

Las benditas redes sociales: el mexicano promedio se informa a través de las redes sociales y éstas son la principal fuente de diseminación de Fake News. Agregue usted la baja educación del mexicano y la lógica de la popular Paty Navidad y listo…

También hay gente que se niega a usar el cubrebocas por ignorancia pura. Simplemente la ardilla no les circula en la azotea. A estas alturas del partido, no entienden de qué se trata la pandemia, ni sus implicaciones, ni cómo se trasmite y hacen preguntas muy locas: ¿Qué es eso? ¿A poco la gente se muere? ¿Es por eso que la gente usa cubrebocas? Etc. Los ignorantes también usan el cubrebocas todo mal puesto o usan de los que tienen filtro.

Luego están los fiesteros. De esos hay en todo el planeta, no son exclusivos de México. Que ni modo que no vaya al pachangón de mi compadre el Charrascuás, que ni modo que la virgencita se nos quede sola en su día, que ni modo que no vaya al sonidero si va a haber hartas chavas baile y baile, que mejor voy al festejo de la doña abuelita, igual y se nos va pronto de todas formas. También están los bautizos y las bodas de los influyentes prepotentes, al igual que los cumpleaños de los patriarcas y las matriarcas… Los que van a estos eventos de alto contagio tienden a ignorar el uso del cubrebocas.

Los necios hacen su aparición en este panorama desalentador de una manera peculiar. Primero están los que no lo usan porque no lo usan y que juran que los infectados son aquellos que sí usan el cubrebocas. Luego están los que alcanzan un nivel decente de educación, pero que quedaron atrapados en los laberintos mentales de las redes sociales, sobre todo en el idiotizante YouTube. Estos cuates juran que no existe ninguna prueba científica publicada en ninguna revista científica sobre la efectividad del cubrebocas. Ellos y ellas no entienden (o no quieren entender, porque tontos no son) que en una pandemia los mecanismos tradicionales de aprobación científica son completamente diferentes a los de tiempos normales. Con o sin un método científico en regla, en una pandemia se aprende sobre la marcha, no hay de otra. Si dependiera de estos cuates la aplicación de la vacuna, ésta comenzaría hasta el 2026.  En esta categoría también entran los curas que afirman contundentemente  que no hay necesidad de usar cubrebocas si se confía en dios.

Luego vienen los cínicos: vamos bien, dicen. Ya domamos la pandemia, dicen. Se quiere tapar el sol de un pésimo concierto de políticas públicas de “control” de pandemia con el dedo de las declaraciones públicas. Esto provoca una reacción en cadena de falsa percepción de que todo está bien y de que ya pronto se acabará esto… Entonces, ¿para qué usar cubrebocas si vamos tan bien? No lo creo, mientras México se encuentre en el Top Five mundial de contagios y muertes, las cosas van mal y hay que usar el cubrebocas.

Luego están los animales inútiles que se suben al transporte público, se sientan, se quitan el cubrebocas y se ponen a estornudar y moquear todo el trayecto. En cuanto llegan a su destino, se bajan y se ponen el cubrebocas bien quitados de la pena. Estos cuates serían acusados de conducta criminal en otros países, mas no en México. Aquí ejercen su plena libertad de destruir la salud de los demás.  Y el chofer de la unidad ni pío dice, como es tradicional en México.

Finalmente vienen los arrepentidos. Esta bola creciente de egoístas que nunca creyeron en la alta letalidad del Covid 19 y que se van arrepintiendo de no haber hecho caso a las medidas de prevención conforme van perdiendo miembros de su familia. Es que yo no creía en eso, es que a mí me dio y yo ni sentí nada, es que se veía tan bien y en dos días se nos fue el pariente, es que gastamos hasta lo que no y de todas maneras se nos murió…

Y así, conviviendo con estos cuates en este valle de lágrimas, los que usamos cubrebocas pues lidiamos de a diario con liderazgos débiles, funcionarios públicos irresponsables, políticas públicas fallidas, Fake News y declaraciones públicas cínicas, la deseducación a todo lo que da, inútiles mentales en acción, pseudo criminales fantoches, amigos y curas necios, etc. Desde mi muy particular perspectiva, todo comienza con las acciones gubernamentales. El mexicano tendrá mil defectos, pero cuando las autoridades se le ponen enfrente y le dicen: “haces esto”, pues la mayoría lo hace.

Creo que la 4T ha desperdiciado ese aspecto de la idiosincrasia política del mexicano. Igual las autoridades competentes están muy ocupadas recibiendo órdenes de los patrones y cumpliéndolas al pie de la letra. Igual no, pero algo sucede con las autoridades, que en el momento que más se necesita de ellas para ejercer autoridad, pues nomás no la ejercen. O ejercen su libertad de no ejercerla, ¿verdad? Me niego a creer que Walmart o Soriana ejerzan a este respecto una mayor autoridad que los tres niveles de gobierno de la República juntos…

 

 

 

 

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