#DéjatePulir – La personalidad del buen Director

En la pasada columna comenté que un buen Director se caracteriza por lograr alinear al mayor número de colaboradores al objetivo global de la organización. Hoy deseo compartirles que también estoy convencido que la personalidad es crucial para llegar a ser un buen tomador de decisiones.

La Real Academia de la Lengua la define como la “diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra”. Debe agregarse que la componen un conjunto de actitudes, sentimientos, pensamientos y, desde luego, decisiones que nos separan del resto.

Hablar de ella es relevante debido a que se manifiesta en nuestra conducta de manera estable y consistente en nuestra trayectoria y fallos. Ya varios autores, tales como Collins, Covey y Goleman, coincidían que existen varios rasgos de personalidad que caracterizan a un buen Director, es decir, un verdadero Líder.

El primer rasgo que quiero puntualizar es que un líder es consciente de que no lo sabe todo. Repito, no lo sabe todo, y ¡está bien! Es más, sabe que se equivoca con frecuencia, pero tiene la humildad de corregir y buscar el consejo de su equipo.

Si estás consiente que tienes varios colaboradores que te superan en muchos aspectos y, los dejas hacer su trabajo y apoyarte en el proceso de toma de decisiones, entonces ¡felicidades! Eres humilde y vas por buen camino. Lo contrario se llama soberbia, y por muy inteligente que creas ser, no te llevará muy lejos y nadie te seguirá.

Así pues, trata de hacer equipo con personas mejores y más listas que tú y, en la medida de lo posible, trata de hacerles caso, sólo así podrás enriquecer tu pensamiento y fortalecer tus decisiones para con la organización.

Otro de los rasgos centrales de los líderes es la coherencia, es decir, la unidad entre lo que piensan, dicen y hacen. Fundamental en una sociedad que sólo cree en lo que ve.  Únicamente seguirán al que vive lo que enseña, no al farsante, mentiroso o hipócrita que esconde la verdad según convenga.

Finalmente, pero no por ello menos importante, un buen Director y por tanto líder, debe inspirar metas que valgan la pena (que no necesariamente fáciles) y luchar con valentía por cumplirlas. Definir y comunicar el cómo alcanzar dicha meta es fundamental.

En resumen, sólo a esos líderes con dichos valores se le siguen.

¿Dime, eres o sigues a un buen Director-Líder?

@jpulidogomez

*Maestro en Administración Pública (INAP)

**Dedicado a la Transformación de Organizaciones.

Deja un comentario