La Estrella de la Navidad

INTRODUCCION

 

Es un artículo largo, pero es importante porque no siempre se puede ser preciso y conciso.

 

Sin más, por si faltaba algo en este raro año, en este tiempo de Navidad se produce un fenómeno cosmológico conocido como la ESTRELLA DE BELÉN; fenómeno que no ocurría desde hace 800 años y que en realidad no es en una estrella, aunque lo parece; se trata de una ilusión óptica, ya que obviamente los cuerpos celestes nunca se juntan físicamente, si no que su alineación es tan pareja que forman una gran estrella en forma de ‘planeta doble’, en la perspectiva del espacio, estos dos planetas estarán separados por millones de kilómetros.

 

 

Los investigadores no tienen aún claro cuál fue el astro que, según la tradición cristiana, guió a los Reyes Magos al lugar del nacimiento de Jesucristo; una de las teorías más extendidas es la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno, que se situaron a una distancia relativa muy cercana dando lugar a lo que pudo parecer una sola estrella muy brillante en el cielo nocturno. Este fenómeno, que no se había visto desde 1226, cuando en la Tierra se vivía de una manera totalmente diferente a la actualidad pues el continente americano estaba todavía a años de ser descubierto. En 1623 se produjó, se producirá este 2020 y tendrá su cúlmen la noche del 21 de diciembre.

 

El profesor de astrofísica teórica y cosmología GRANT MATHEWS, de la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos), señala en sus conclusiones que nunca se pudo tratar de tal cuerpo celeste. A pesar de ello, podrá verse algo bastante parecido a aquello que recoge la tradición bíblica.

 

Por otro lado, según las estimaciones del astrónomo de la Universidad de Rice (Texas) PATRICK HARTIGAN, Júpiter y Saturno han estado en un proceso de aproximación en el cielo desde el verano, y entre el 16 y el 25 de diciembre, coincidiendo además con las Gemínidas, se puede observar este ‘planeta doble’. La noche de mayor aproximación entre los dos planetas será el 21 de diciembre; esto ocurrirá, además, el día del solsticio de invierno. En realidad los dos planetas se alinearon en el Sistema Solar hace unas semanas, pero no aparecerán alineados en el cielo de la tierra hasta ahora; esto tiene una explicación lógica, y es que nuestra línea de visión es diferente porque estamos orbitando rápidamente alrededor del sol.

 

Esto es un hecho que bien merece la pena para los aficionados a la FOTOGRAFÍA ASTRONÓMICA (o astrofotografía), incluso para cualquiera que tenga curiosidad, ya que será bastante fácil de ver.

 

 

 

1. LA BIBLIA

 

«La estrella de Belén parece reproducir un vaticinio del Libro de los Números: «Veo algo en el futuro es una estrella que sale de Jacob» (Núm. 24, 17).

 

Podemos leer en el evangelio de san Mateo (2, 1-12): «Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle”. Oyéndolos, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: “En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel”.

 

 

 

Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: “Vayan e indaguen cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontren, comuniquénmelo, para ir también yo a adorarlo”.

 

 

 

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.

 

 

 

Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino».

 

 

 

 

 

AL RESPECTO, agunos científicos pretenden explicar el fenómeno de la estrella de Belén como una triple conjunción de los planetas Júpiter y Saturno en el signo de Piscis del zodiaco y otros con la aparición del comenta Halley u otro similar, los historiadores de las religiones proponen el simbolismo religioso del astro como una explicación normal.

 

 

La luminosidad de la estrella indica el mensaje, gloria, santidad, pertenencia al mundo divino de la persona a la que señala; su aparición nocturna puede aludir a un misterio y a la invitación para contemplar una manifestación divina; su coincidencia con un nacimiento indicaría un presagio favorable y un señalamiento del la actividad futura de un neonato; su presencia evocaría simplemente un acontecimiento de naturaleza celeste y un asomarse de la Providencia divina sobre el mundo sumido en la oscuridad o también señalará visiblemente el «Gloria a Dios en las alturas» (Lucas 2,14).

 

Todos somos invitados y llamados por Dios a recorrer un largo y aventurado camino. Nosotros no seguimos la luz de una estrella si no la luz más firme y segura: la luz de nuestra fe. La estrella que guió a los magos, es un signo muy claro de que Jesús está aquí, porque Jesús es el que guía. Ese es el sentido espiritual más auténtico.

 

El Papa emérito Benedicto XVI, en su libro “la infancia de Jesús” (2012), ha logrado despertarnos la curiosidad sobre cómo ocurrió verdaderamente el nacimiento de Jesús y qué significado esconden las figuras que la tradición cristiana ha ido incorporando al Belén; ahí mismo explica que entre los años 7 y 6 antes de Cristo, que hoy se considera el momento verosímil del nacimiento de Jesús, se produjo una conjunción de los planetas Júpiter, Saturno y Marte en el signo zodiacal de Piscis. Según el astrónomo Johannes Kepler, a ese fenómeno, reflejado también en “tablas cronológicas chinas” se añadió la aparición de una supernova creando un acontecimiento astronómico muy singular; también señala que la paradoja de que Jesús haya nacido seis años antes de la “era cristiana” se debe a un error de cálculo del monje Dionisio el Pequeño, quien hizo en el siglo VI la conversión del calendario basado en la coronación del emperador Diocleciano a uno nuevo centrado en el nacimiento de Jesucristo. El problema de fijar la fecha de nacimiento de Jesús es otro tema que aquí sólo mencioné. A propósito, vale la pena tener en cuenta una curiosa y extraordinaria revelación arqueológica que se encuentra contenida en una tablilla acuñada en caracteres cuneiformes en el Museo estatal de Berlín. Se trata de un auténtico documento astronómico y astrológico que revela la existencia de una conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis en el año 7 antes de Cristo.

 

 

 

 

 

2. LA CIENCIA

 

El próximo 21 de diciembre, como se ha dicho, el día del solsticio de invierno, Júpiter y Saturno se cruzarán tanto que crearán una inmensa luz que será visible desde la Tierra. Esta enorme estrella es conocida como la “Estrella de Belén” o “Estrella Navideña”. La próxima gran conjunción no ocurrirá hasta el 15 de marzo de 2080, por lo que se recomienda presenciar este evento próximo a la Tierra como no lo volverá a estar en 15 años. Esta vez, entre el 16 y el 21 de diciembre, los planetas Júpiter y Sartuno.

 

El astrónomo Hartigan, habló respecto el alineamiento de estos planetas y lo raro de este acontecimiento: “Los alineamientos o conjuciones entre estos dos planetas son bastante raras, ocurren una vez cada 20 años apróximadamente, pero esta conjunción es excepcionalmente rara debido a lo cerca que van a verse los planetas el uno del otro”. Agregó, “si fuera posible, se tendría que ir hasta el 4 de marzo de 1226 para ver un alineamiento más cercano de estos planetas que sea visible en el cielo nocturno”.

 

 

El día 21 DE DICIEMBRE, afirma Hartigan que la luminosidad de ambos planetas será evidente y se podrá apreciar a simple vista. Poder distinguir a ambos planetas es sencillo, ya que Júpiter es el astro más brillante del cielo nocturno después de la Luna. A su lado, un poco más a la izquierda, se sitúa Saturno, algo menos brillante, que además es reconocido por poseer un sistema de anillos. Después del 2080, afirmó Hartigan, los planetas Saturno y Júpiter no volverán a acercarse tanto hasta el año 2400.

 

Aunque las mejores condiciones de observación estarán cerca del Ecuador; cuanto más al norte se encuentre uno, menos tiempo tendrá para vislumbrar la conjunción de los planetas antes de que se hundan bajo el horizonte el evento se podrá observar en cualquier lugar de la Tierra, si el clima lo permite este evento será vista durante el crepúsculo. Los expertos sugieren utilizar un telescopio para poder observar a los astros con mayor detalle.

 

La Estrella de Belén estará en su auge el día del mismo solsticio de invierno 21 de diciembre próximo, y podrá ser admirado simplemente con levantar la vista con una orientación hacia el SUROESTE unos 45 minutos después de la puesta de sol, de preferencia desde un sitio despejado .

 

 

 

3. PRESENCIAR EL EVENTO DE LA “ESTRELLA DE NAVIDAD”

 

Gracias a su gran luminosidad no es necesario contar con algún tipo de herramienta especial, como binoculares, o telescopios.

 

La Federación de Asociaciones Astronómicas asegura que incluso con un modesto telescopio será posible ver ambos planetas, los anillos de Saturno y los principales satélites de ambos planetas en el mismo campo visual. Como sabes ambos planetas están bajos en nuestros cielos nocturnos a una altura máxima inferior a los 30º y visibles al comienzo de la noche hacia el Oeste, para lo cual dicen que hay que mirar al atardecer en dirección al suroeste, por donde se ha ocultado el sol por el horizonte, veremos un poco más a la izquierda dos puntos luminosos en el cielo, que destacan sobre el fondo estelar, siendo más brillantes que todas las estrellas visibles al atardecer”. Por tanto, estarán sobre el horizonte a una distancia aparente que abarca la palma de la mano extendida con el brazo estirado, hay que asegurarse de localizar un sitio con el horizonte suroeste libre de obstáculos. (comparto la foto que tomó mi cuñado que es geógrafo).

 

 

 

En esta oportunidad habremos localizado a los dos planetas más grandes del Sistema Solar, Júpiter y Saturno. Júpiter es el más brillante de los dos. Hasta el 21 de diciembre Júpiter estará aparentemente por debajo de Saturno y a partir del 22 de diciembre le ganará en altura y se quedará por encima de él. El brillo aparente de Júpiter es de -2 magnitudes, mientras que el de Saturno de 0.6, esto significa que Saturno se ve casi 7 veces más débil que su compañero. Además el color también ayudará a distinguirlos, Júpiter es de color amarillo pálido, mientras que Saturno es anaranjado.

 

También se podrá localizar al planeta Marte que está más alto sobre el horizonte en dirección sureste. Lo veremos de color rojizo con un brillo intermedio entre Júpiter y Saturno. Al ser estos planetas tan brillantes los podremos observar desde plena ciudad, la contaminación lumínica borrará del cielo el resto de estrellas y se mantendrán sólo estas dos. Si tenemos la oportunidad de estar en un sitio más alejado de la ciudad será mejor para observarlos en todo su esplendor, destacando con su brillo por encima del resto de estrellas circundantes.

 

Para poder FOTOGRAFIAR hay que buscar un lugar con el horizonte suroeste libre de obstáculos. Además, en este caso no habrá problema con la contaminación lumínica ya que al ser estos planetas tan brillantes los podremos observar desde plena ciudad, la contaminación lumínica borrará del cielo el resto de estrellas y se mantendrán sólo estas dos. Estar alejados de la ciudad favorece la visiblidad.

 

Lo primero y fundamental es situar la cámara en un trípode bien estable, apuntar al cielo en la posición adecuada y realizar una exposición correcta. Lo normal sería poner el ISO al mínimo y el diafragma cerca de su punto dulce, pero tampoco es mala estrategia poner la sensibilidad en el límite que permita la cámara sin perder la calidad y abrir el diagragma al máximo. Para estar seguros podemos aplicar la Regla del 500 para fotografía astronómica. En cualquier caso, casi seguro tendremos que usar el modo Bulb y por supuesto utilizar un disparador remoto para asegurarnos de que la cámara no se mueva.

 

POR lo demás, paciencia, muchas pruebas y suerte para poder inmortalizar esa estrella de Belén, que quizá no sea lo que su nombre pueda hacer creer a alguno, pero sí un raro fenómeno que no se repetirá hasta el año 2080. A disfrutar este espectáculo celeste que Dios nos regala.

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