La deforestación y la persistencia de un clima más cálido son las principales causas de las afectaciones en América Latina. En Colombia los puntos de calor tuvieron un aumento del 157 por ciento en la Amazonia entre Enero y Abril de este año pasando de 24.358 en 2019 a 63.178 en 2020.
En algunos casos, los incendios resultan de quemas agrícolas que, bajo condiciones de sequía, se escapan y se convierten en incendios descontrolados. Las quemas también se usan para deforestar, se queman los restos de los árboles que han sido talados para abrir paso a los nuevos cultivos. Estos cultivos, generalmente, sirven para suplir al mercado global o de alimentos para el ganado.
La realidad es diferente en cada país. En Colombia, la degradación forestal ha sido una consecuencia de la paz en este país. Tras el desmantelamiento de las FARC, el número de incendios en la selva colombiana se disparó. Ello se debe a que mineros, traficantes de drogas, especuladores, y cualquier persona que lo quisiera, pudo acceder a nuevos sitios hasta entonces inaccesibles.
Los incendios forestales tienen perturbado a los 6/7 millones de kilómetros cuadrados de bosques que conforman la Amazonia una región que concentra 10 por ciento de la biodiversidad mundial que produce cerca del 20 por ciento del planeta y alberga más de 34 millones de personas de nueve países de Sudamérica.