Morir por contagio, hambre o depresión

Es posible reactivar la economía con las precauciones correctas. Estados Unidos, el país con más contagios y decesos, tiene claro que una extensión prolongada del encierro puede tener consecuencias devastadoras. Reactivar la economía no significa perder la humanidad. En Nueva York y en otros estados de Unión Americana se  está disponiendo la reapertura de comercios con la salvedad de la sana distancia: cinco personas por cada 93 metros cuadrados. Hay que organizarse.

En México el asunto es de verdad alarmante. El cálculo del Coneval es que esta crisis puede enviar a 10 millones de mexicanos a la pobreza extrema, donde ya están 9.3 millones sin la posibilidad de cubrir siquiera sus necesidades más básicas. Al finalizar 2018, en México había 52 millones de personas en pobreza. ¿Cuántas más agregará el encierro?

La clase media, de por sí pulverizada, es la que sufre el mayor riesgo de terminar desapareciendo. Los empleos que está destruyendo más el estancamiento, de acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial, son los que ganan más de tres salarios mínimos que son los de ese segmento de la población. Los 555 mil 247 empleos perdidos en abril son la mayor cifra desde que hay registros disponibles. Nueve veces mayor a la de abril de 2009. Sólo reactivando la economía podremos evitar una verdadera crisis humanitaria. La normalidad anterior se extinguió. Tenemos que abrir los lugares públicos y centros de trabajo con protocolos nuevos de higiene. Cambiar la manera de  demostrar afectos, no porque no te abracen o no te beses, no te quieren.  Aprender a convivir con la  distancia.

Debemos tomar decisiones basadas en hechos, ciencia y recomendaciones de expertos en atención médica, negocios, trabajo y educación. Las escuelas deben tener la sanidad como una materia básica. Los científicos y doctores concuerdan en que tendremos que vivir con el COVID-19 y con otras enfermedades propias del desgaste al que hemos llevado a nuestro medio ambiente. Necesitamos tratar mejor a nuestro planeta. Contaminar menos. Apostar por las energías limpias y renovables. Las posiciones políticas salen sobrando, hay que salvar a todos por igual. Italia adelantó para el 3 de junio la reapertura de sus fronteras para reactivar su economía. Los franceses están saliendo a la calle de a poco y con cautela. Estados Unidos está echando a andar las industrias más relevantes para su economía con protocolos nuevos de sanidad. Alemania está reabriendo gradualmente la actividad del futbol.

Los apoyos fiscales no lo son todo, en caso de que los haya. Los apoyos sociales, a todos nos cuestan, pero sólo son para unos sectores, no para todos.

En México, elegir entre morir por contagio, hambre o depresión es un dilema falso la mayoría de las veces.

En hogares donde el hacinamiento familiar no es más seguro que el exterior. En mesas donde no hay comida porque no hubo trabajo. Tomemos conciencia de nuestra nueva normalidad y tomémosla con determinación.

ADRIANA DELGADO
@ADRIDELGADORUIZ

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