El impacto político del juicio a Trump

El domingo pasado, 26 de enero, me senté con Andrés Oppenheimer en su influyente programa de TV para conversar sobre el juicio político a Donald Trump. La pregunta que centró nuestra discusión no fue si el Senado condenará y destituirá a Trump de su cargo, -porque una mayoría de dos tercios es poco probable-, sino cuál sería el impacto político y electoral del juicio. El fallo del Senado, ¿reivindicará y fortalecerá a Trump en las elecciones o será perjudicial para él y los republicanos?

He aquí hay algunos asuntos a tomar en cuenta para prever lo que puede ocurrir.

1) Las reglas impuestas por el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, que impiden que el juicio sea abierto a testigos y a documentos esenciales, evidencia que se ha desplegado una operación de encubrimiento, diseñada para proteger a Trump de las graves acusaciones que pesan sobre él. Los dos cargos están basados en abuso del poder presidencial en beneficio personal, después de extorsionar a un país extranjero (Ucrania) para que fabricara una investigación contra su principal oponente político (Joe Biden) y, con ello, interfiriera con el proceso político de los Estados Unidos. Gracias al denunciante, esta conspiración dirigida por Trump no se consumó. Pero si Trump se hubiera salido con la suya, habría puesto en riesgo la seguridad nacional, en un acto de socavamiento de nuestra democracia.

2) Un testigo clave en todo este escándalo es el ex Asesor de Seguridad Nacional John Bolton. Mientras se realizaba la investigación en la Cámara de Representantes, la Casa Blanca hizo todo lo posible para impedir que Bolton testificara. Ahora, libre de cualquier vínculo con la administración, Bolton ha dicho que quiere testificar. Aún así, McConnell está bloqueando esta posibilidad. La pregunta en el público estadounidense (de todas las afiliaciones políticas) es: ¿por qué? ¿Qué es lo que Bolton sabe, que Trump y McConnell quieren evitar que se revele? Un reportaje reciente del New York Times alude al manuscrito del libro de inminente publicación, de Bolton, titulado: “El cuarto donde ocurrió”, que sería absolutamente incriminatorio para Donald Trump. Serán tan cínicos McConnell y los republicanos, que evitarían que estos hechos clave sean considerados en el juicio, pero con su conducta favorecerían que Bolton gane millones después del juicio con un libro que contiene información crítica para condenar a Trump. ¿Harán cumplir la Constitución?

3) El público estadounidense parece entender más que lo que el liderazgo republicano acredita. Una encuesta reciente de CNN muestra que cerca del 70% de los consultados están a favor del debido proceso y de un juicio justo en el Senado. Y las encuestas del muy conservador (republicano) Fox News mostraron que, por primera vez, el 52% de los estadounidenses está de acuerdo en que Donald Trump sea removido de su cargo. El encubrimiento del senador McConnell, hasta ahora, ha fracasado en la opinión pública, porque la ciudadanía quiere saber qué pasó. No obstante, y con graves efectos institucionales, probablemente la mayoría republicana en el Senado no concederá los 20 votos necesarios para destituir a Trump de su cargo. Y, peor aún, evitará que testigos clave como Bolton testifiquen.

4) No obstante, tal vez algunos senadores republicanos podrían ponerse del lado de los demócratas, porque algunos de ellos estarán en la boleta electoral el próximo noviembre en estados donde el electorado cuestiona severamente la conducta de Trump. Además, la gran mayoría de sus electores (incluidos los republicanos moderados) están en desacuerdo con las reglas de McConnell que impiden un juicio justo en el Senado.

Por lo tanto, aún bajo las reglas actuales, -que conspiran para garantizar una ocultación en el Senado colocando un velo sobre el comportamiento inconstitucional de Trump-, el creciente desacuerdo del público con su conducta en Estados clave para el control futuro del Senado indica que es poco probable que Trump pueda (fuera de su base) cantar una victoria y reclamar una reivindicación.

Algunos senadores republicanos, en estados como Colorado, Arizona, Carolina del Norte y del Sur, o incluso Texas, podrían correr un riesgo considerable, al ponerse del lado de Trump a ciegas, mientras existe una creciente percepción de que se le ha ocultado la verdad al público, al obstaculizar un debido proceso y un juicio justo en el Senado. Pero si algunos de estos senadores republicanos adhieren la posición de los demócratas, Trump podría presentarse como un presidente acusado y condenado, pero no destituido por falta de la mayoría calificada de dos tercios del Senado, una situación sin precedentes que no abonaría a su reelección.

Visto así, podría ser lo mejor para los republicanos, puesto que se liberarían de un populista corrupto radical, que está enrareciendo el futuro del partido (así como las perspectivas de todo el país de reanudar la gobernabilidad) por la ambición de poder y la avaricia de un individuo.

@lecumberry

Deja un comentario