Por: Pablo Vázquez Rivera
Versa el adagio estimado lector, de que la verdad no peca, pero incomoda y en el marco de una colega periodista más que fue asesinada, que la opacidad en la rendición de cuentas es el sello de la administración y de que no parece existir una oposición contundente, nos animamos a compartirle algunas reflexiones.
En principio de cuentas y a días de la resolución en primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con respecto a limitar y diferenciar entre información y opiniones a las y los comunicadores en emisoras de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión en el País; la primera verdad que no podemos omitir ni ocultar como se esconde polvo debajo de una alfombra, son las cifras de quejas con respecto a la rendición de cuentas del INAI (Instituto Nacional de Transparencia)
Dichas quejas superan las del sexenio anterior y ascienden a más de 37 mil en las que la Presidencia suma más de las 600, lo que ubican a la administración en el sitio 124 de un listado de 180 naciones realizado por Transparencia Internacional, en el que Sudán ocupa el último puesto, la verdad es que la rendición de cuentas también solo quedó en propuesta de campaña.
Otra verdad que duele y que es una realidad es que en el periodo de gobierno de tres años de este sexenio se han asesinado a 28 periodistas, superando la cifra de 22 en la administración de Vicente Fox, y a la mitad de lo que ocurrió durante las gestiones de Felipe Calderón con 48 y Enrique Peña Nieto con 47 colegas victimados.
-Ojo que en redes sociales ya se le atribuyen 54- siendo la cifra que le comparto de Forbes.com, por aquello de que su tuitero favorito infle cifras-. Pero que dejan ahí frente al espejo otra verdad, el periodismo en México es una actividad peligrosa.
La última que también es incómoda para muchos, es la emitida por Joaquín López Dóriga y que fue reproducida en la conferencia matutina del presidente, en la que afirma que a tres años de las elecciones federales, la administración y proyectos encabezados por el presidente, navegan tranquilos,.
Ya que a juicio del periodista y de la realidad no existe una fuerza opositora real, que pueda generar competencia y que por tanto sigue descobijando a los ciudadanos, es decir, insultando al primer mandatario, haciendo berrinches en redes sociales o creyendo en muchos actores políticos actuales, poco o casi nada se podrá lograr como contrapeso.