Horacio García García, es el psicólogo que aprendió el oficio de artesano y que vio en el confinamiento sanitario una oportunidad para reinventarse y conquistar con su trabajo en las plataformas digitales.
Aquí la historia del prominente artesano de Tulancingo, su vida detrás de la artesanía, de cada emprendimiento, su aprecio por la naturaleza y los orígenes, sin dejar a un lado la innovación y la dedicación de muchas horas para crear algo más que una pieza.
Con caballetes infantiles comenzó en las ferias
Horacio García, asume con orgullo su oficio y dice “soy hijo de un artesano de la construcción”.
En el taller de su casa en Huapalcalco, donde con gratitud y modestia recibe para conversar, Horacio García rememora cuando hace quince años se instaló en los jardines de los municipios de la región con caballetes infantiles.
“De hecho fue la idea que traje aquí a Tulancingo y la trabajé en la feria, en Acaxochitlán, en Acatlán, Cuautepec, Santiago Tulantepec y de ahí se volvió popular. Los niños pintaban en pellón”, dice en entrevista a NoticiasTulancingo.com
“Yo me instalaba en el Jardín de Santiago Tulantepec y un amigo profesor fue y me pidió que –él tenía un lugar en la feria pero no vendía- y me dijo –oye, te paso mi espacio te puede ir bien con el caballete y los niños- y le dije que sí”.
“Fui a la feria, inicié con cinco caballetes y comencé a tener cantidad de niños, enseguida hice más caballetes, tenía entre 10 y 15. Me fue bastante bien, cobraba 5 pesos, hubo quien me vio y me invitó a la feria de Tulancingo”, recuerda.
Al mismo tiempo que Horacio García vendía la pintura y los pellones para generar mayores ingresos, despertaba la creatividad de la niñez. De esta manera comenzó su trayectoria en las ferias.
“A la feria de Tulancingo vienen de otros estados –Guadalajara, Guerrero- y les llamó mucho la atención los caballetes, después me enteré que lo llevaron también a esos lugares”.
Posteriormente la elaboración de material didáctico también llamó la atención del psicólogo.
“A una amiga psicóloga le pedí y comencé a venderlo. Después dije -me gustaría aprender a elaborar el material didáctico-, rompecabezas, tangram, que ayude a la motricidad, percepción, terapia ocupacional”.
“Fui a la Ciudad de México, yo no sabía de herramientas, entonces pregunté y me explicaron. Iba y regresaba, comenzaba a fabricar, bueno al principio echar a perder”, expresa quien se reconoció en ese momento como un trabajador manual, que crea y transforma con sus manos.
Aprendió de forma autodidacta
“Me gustaba mucho el futbol y jugaba toda la semana, hasta que en una ocasión me lastimaron, y tuve que vender varias cosas para poder pagar la operación”, explica el creador.
Fue en ese momento que la vida llevó a Horacio García a poner manos a la obra en la actividad que hoy lo distingue: la artesanía.
Comenzó a realizar varios ejercicios de prueba y error con la técnica de filigrana.
“Me interesaba la joyería, los aretes que elaboraban los compañeros de filigrana. Les decía que me enseñaran, decían que sí pero realmente creo que no querían”, menciona con risas.
“Después compré herramienta, mis pinzas, alambre, todo el material para comenzar. Pero no me enseñaban. Después solito manipulé el alambre, a utilizar las pinzas, y así comencé”.
Horacio García confiesa que al principio los aretes no salían bien, pero después mejoró. “Hay técnicas y formas para avanzar, yo hacia el doble o triple de trabajo. Hubo algunos amigos que sí me compartieron las maneras de trabajar”.
“Hasta la fecha lo que sé lo aprendí por libros, actualmente por internet, videos y San Google”.
Si tuviera otra vida seguiría siendo artesano
Horacio García afirma que si tuviera otra vida, “seguiría siendo artesano porque me gusta mucho lo que hago, yo puedo estar trabajando las 24 horas del día artesanía y buscar diseños”.
El artesano también reconoce el valor de otras manos creadoras, “cuando hay un evento artesanal trato de adquirir una pieza para coleccionarla, me gusta aprender de ellos, y respeto cada giro”.
“En alguna ocasión quise trabajar la piel pero igual siento respeto por los animales y a veces hay obsesión por ellos, por las piezas, y mejor no me meto en eso. Prefiero otros materiales”, asegura.
Manos que elaboran collares ecológicos
No es extraño un día ver a Horacio recolectar semillas en el cerro, en púas de maguey, y buscar en los tianguis y mercados la materia que pueda manipular para meter el cordón y con su color natural lucir en el cuello.
“Hay muchas maneras de trabajar los materiales y darles otra presentación, para muchos es basura, para otros un kilo de frijol, de maíz, para mi es darle vida diferente a esos materiales, porque yo así los veo que están “vivos”.
El artesano originario del lugar donde se encuentra el sitio arqueológico Huapalcalco, rememora que este tipo de accesorios ecológicos destaca desde la Antigüedad.
“Me recuerda a las ceremonias tradicionales, lo que utilizaban y que se dejó de utilizar, ahora creo que solo lo vemos en las películas. Pero de ahí surge la idea de la joyería, de lo que tenemos en la actualidad con metales, cristales, con cuarzos y piedras preciosas”.
“Pero anteriormente era con piedras, semillas, con fibras naturales de la tierra, de la naturaleza, también para perforar ahora nos apoyamos de herramientas como el taladro, antes no”, explica Horacio.
Como se mencionó al principio, Horacio García es la persona que pone manos a la obra para innovarse, pese a la adversidad. Junto a su esposa Berenice López, quien también es artesana, y sus tres hijos, aprovechan la red social Tik Tok para ofertar el negocio familiar Artesanías Huapalcalli.
Si bien la necesidad del sector artesanal es que sea reconocido y apoyado por las autoridades con puntos de venta, Horacio García reconoce que el gremio también debe buscar nuevas herramientas, porque es innovarse o morir.
“Ahorita la pandemia nos ayuda a explorar ese lado creativo, adentrarnos, explorar, que podemos hacer manualidades, artesanías. No ponernos límites porque a veces decimos –no lo puedo hacer- pero yo aprovecho la tecnología y todas las redes sociales, a veces son criticadas, pero yo las utilizo todas”.
“Hasta en Tik Tok hay gente creativa que no lo sabía y lo hace, tiene esa capacidad de hacer baile, música, canto. Es un consejo que doy para todos los compañeros creativos o artesanos que utilicen esas redes sociales porque a mi sirven bastante y así es como tengo ventas”, asegura.
“No solo es portar un morral, una playera, una gorra, una mochila con temas de Huapalcalco o de la cultura prehispánica, es también lo moderno, bordado o con letras, es buscarle y nos reinventamos siempre para no morirnos”.
El artesano destaca que también porta lo que hacen sus compañeros, “los bordados, los de punto de cruz, tengo playeras, gorras, morrales, quizá haya otras técnicas, pero me gusta lo manual, lo artesanal, lo artístico, lo hecho a mano, lo creativo”.
Horacio señala que es un momento complicado para los artesanos, pero con optimismo declara “se están dejando de utilizar muchas cosas, pero todavía hay gente que conserva y quiere la artesanía”, concluye.