Daniel Valdez García
Hoy inicio por decir que dejemos claro que el Oriente siempre se ha manejado de modo diferente, sin embargo el Occidente tras la fuerte influencia de la llamada la cuna de la civilización en Grecia, cuya cultura no crea mitología haciendo de los animales dioses sino que sublima haciendo dioses a las pasiones y virtudes humanas, lo cual tampoco lo hace perfecta, pero si supera aquellas expresiones de hacer de los animales y sus fuerzas y poderes algo místico y mágico como otras culturas del Occidente.
Por obvios motivos, me voy a concentrar en nuestra cultura influencia Occidental acerca de la ciudad, para los griegos “la polis”, para los romanos “la urbe”.
La Grecia antigua, que era un archipiélago cuyos pequeños reinos sus gobernantes eran guerreros y criadores de ganado o gente del campo, por ejemplo están los casos de los reinos de Macedonia con Filipo II, Epiro, la misma Troya y otros reinos. Aquella Atenas que vio a grandes a maestros de la humanidad, como lo fueron Sócrates, Platón y Aristóteles, no pudo evitar condenar a muerte al gran Sócrates, el mismo que dijera a los atenienses que se manifestaban en la plaza de la ciudad con palabras como las siguientes: “Atenienses, ¿de dónde han salido los habitantes de la polis, los ciudadanos, los políticos, los gobernantes, los maestros, los defensores, los sacerdotes, y todos aquellos que han fallado a la búsqueda del bien común? Nadie salió de estas plazas, todos tuvieron su origen en sus casas y en las escuelas; dejen de manifestarse y vayan arreglar la vida de los ciudadanos de esta polis en sus casas y en sus escuelas…”
Por supuesto que hay obras importantísimas que vierten la experiencia de lo que era la política en aquellos atenienses, por ejemplo Platón quien nos dejó una interesante metáfora llamada “el mito de la caverna”, que ha sido analizada por grandes expertos para encontrar aquellos elementos dónde se ha perdido y se perdió en aquella época el sentido más profundo de la política
Además que culturas tan antiguas e importantes por sus aportes de civilizar como son griega, romana, azteca, mayas, incas y muchas otras que tenían un “consejo de ancianos” quienes con su experiencia y sabiduría acumulada ponían límites a la ambición de poder de los jerarcas y regulaban la búsqueda del bien común para favorecer el progreso y la paz de sus reinos. Y en todas cuando falló la justicia se corrompieron y decayeron, extinguiéndose para dar paso a nuevas formas de civilización, gobierno, existencia y convivencia con las demás naciones y pueblos.
Los senadores romanos tenían grupos de personas que se encargaban de la gestión de los distintos servicios y bienestar de los ciudadanos de la gran urbe, Éstos usaban una banda blanca en la frente que se llamaba “cándida”, de ahí viene la palabra candidato, de tal manera que todo aquel que formaba parte del Senado romano tenía colaboradores para la importantísima tarea de gestionar bienes y servicios para el bien de la comunidad o porción de la gran urbe a su cargo.
El “Ius” o derecho romano fue algo maravilloso, sin embargo a pesar de tener a juristas de la magnitud de Ulpiano, de quien se toma la definición de “iustitia” o justicia, tuvieron vacíos legales como los siguientes: la figura legal del “pater familias” como dueño y señor de vidas, quien tenía el derecho de que al nacer algún miembro de su familia si tenía defectos físicos lo ponía en la puerta de su casa para que lo devoraran los perros. Por otro lado, los llamados “libertos” eran personas de clase media baja quienes recibían de parte del imperio una pensión, pues no trabajaban, y para ellos fue creado el concepto llamado “panis et circus”, con el fin de mantener ocupada a la plebe.
Al llegar el cristianismo y ser tolerado por el emperador Constantino y luego reconocido como religión imperial por Teodocio, los jerarcas de la iglesia recibieron investiduras, funciones y poderes que los posicionaron como árbitros de una nueva moral y se iría generando el “Derecho canónico” hasta llegar a gestarse en estado civil llamado Vaticano, del cual el Papa en turno es su jefe y máximo jerarca de la Iglesia católica.
Conclusión, los pueblos que ignora la historia están condenados a repetir los mismos errores y a perderse en la memoria. La cultura Política es importante porque ofrece la oportunidad de visualizar realmente un mundo más civilizado no sólo de palabras en los escritos y los discursos si no en afán por el el bien común de todos los ciudadanos.