El gobierno de Estados Unidos canceló las visas de al menos 50 políticos y funcionarios mexicanos, en lo que se interpreta como una medida de presión en el marco de su guerra contra el narcotráfico, informó la agencia Reuters.
Según dos fuentes mexicanas citadas por el medio, la revocación alcanza a integrantes del partido gobernante Morena, así como a políticos de otras fuerzas. Aunque solo unos pocos casos se han hecho públicos, la operación ha generado lo que se describe como una “onda de choque silenciosa” entre la clase política, especialmente aquellos que dependen de su visa para viajar a EE.UU. por razones personales o laborales.
Táctica de presión diplomática
A diferencia de sanciones o procesos judiciales, Estados Unidos no está obligado a explicar por qué cancela una visa. Basta con que considere que una persona representa un riesgo para su seguridad nacional. Esto ha permitido a la administración de Donald Trump ejercer presión sin enfrentar obstáculos diplomáticos formales.
Tony Wayne, exembajador de EE.UU. en México, señaló que esta es una muestra clara de cómo Washington está endureciendo su postura:
“Están encontrando nuevas formas de presionar al gobierno mexicano”.
Casos que se conocen públicamente
Hasta ahora, solo algunos funcionarios han confirmado la pérdida de su visa:
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Marina del Pilar Ávila, gobernadora de Baja California, negó cualquier vínculo con el crimen organizado tras la cancelación de su documento.
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Alejandro González, titular de la Agencia Fiscal en San Luis Río Colorado.
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Juan Manuel Ruiz Hernández, director jurídico en el Ayuntamiento de Nogales, fue detenido intentando cruzar la frontera.
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Juan Francisco Gim Nogales, alcalde de Nogales, también fue retenido por autoridades migratorias.
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Norma Alicia Bustamante, alcaldesa de Mexicali, confirmó que tanto ella como su esposo perdieron la visa.
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Óscar Eduardo Castro Castro, alcalde de Puerto Peñasco, fue interceptado al intentar entrar por la garita de Lukeville.
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Melissa Cornejo, consejera estatal de Morena en Jalisco, también fue notificada de la revocación.
¿Qué busca EE.UU.?
La medida forma parte de una ofensiva regional. En palabras del exembajador Christopher Landau, quien se ha autodenominado “El Quitavisas”, esta política busca cerrar el paso a quienes sean señalados, incluso indirectamente, por tener nexos con el crimen organizado.
La revocación de visas también ha ocurrido en Colombia, Brasil y Costa Rica, alcanzando a figuras de alto nivel, incluidos jueces y expresidentes.
Reacciones en México
Hasta el momento, el gobierno federal no ha emitido una postura oficial. Tampoco se conocen los nombres completos de los otros políticos afectados. Sin embargo, la medida ya causa tensión en sectores del poder político nacional.
Varios analistas advierten que esta acción, además de tensar la relación bilateral, abre un nuevo capítulo de intervención diplomática disfrazada de política migratoria, donde EE.UU. usa el retiro de visas como herramienta de presión y señalamiento, sin necesidad de juicios, pruebas públicas ni procedimientos formales.
