El estado de Veracruz enfrenta una severa crisis tras las lluvias intensas de los últimos tres días, que provocaron inundaciones y desbordamientos en al menos 48 municipios, principalmente del norte. Las ciudades de Poza Rica y Álamo resultaron entre las más afectadas debido al incremento del caudal de los ríos Cazones y Pantepec, que se salieron de su cauce y anegaron amplias áreas habitadas.
Las precipitaciones, alimentadas por corrientes provenientes de regiones altas y estados colindantes, generaron un volumen de agua que los afluentes no pudieron contener. Esto derivó en calles inundadas, cultivos destruidos y comunidades incomunicadas, además de un número creciente de familias que han perdido parte de su patrimonio.
¿Cómo responden las autoridades veracruzanas?
Ante la magnitud de los daños, el Ejército Mexicano puso en marcha el Plan DN-III-E, mientras que la Secretaría de Marina activó el Plan Marina y la Secretaría de Seguridad Pública estatal desplegó el Plan Tajín. Estas acciones coordinadas buscan rescatar a los habitantes, brindar refugio a quienes lo necesiten y restablecer el acceso terrestre en las zonas más golpeadas.
Las brigadas de Protección Civil continúan recorriendo las comunidades afectadas, proporcionando alimentos, agua potable y atención médica. Asimismo, el gobierno estatal mantiene un monitoreo constante de los niveles de los ríos y trabaja para evaluar el impacto en viviendas, carreteras y cultivos agrícolas.
¿Cuál es el panorama actual en la entidad?
Durante la madrugada del jueves, la cresta de los ríos alcanzó su punto más alto, inundando calles, avenidas y zonas comerciales en varias localidades del norte veracruzano. Los daños materiales se extienden tanto en áreas urbanas como rurales, donde miles de personas enfrentan las consecuencias del temporal.
Aunque el nivel del agua ha comenzado a disminuir en algunas zonas, las autoridades mantienen la alerta preventiva, ya que podrían presentarse nuevos episodios de lluvia en los próximos días.
El gobierno de Veracruz reiteró su llamado a la población para mantenerse informada y evitar acercarse a los cauces. Las labores de apoyo continúan, mientras las familias damnificadas esperan el regreso a la normalidad en medio de una de las emergencias más severas del año para la entidad.
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