ESPORA Psicológica: apoyo emocional gratuito para universitarios de la UNAM.
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¿Cómo nació el programa?
El bienestar mental es una pieza clave para el desarrollo académico y personal. Con esa convicción, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la Facultad de Psicología, creó en 2011 el programa ESPORA Psicológica —acrónimo de Espacio de Orientación y Atención—. Su propósito es brindar apoyo gratuito a estudiantes que atraviesan una crisis emocional o psicológica, ayudándolos a recuperar su equilibrio y bienestar.
Actualmente, el programa cuenta con 31 sedes clínicas distribuidas en los cinco planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), los nueve de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), así como en varias facultades, escuelas nacionales e institutos. Entre ellos se encuentran Ingeniería, Filosofía y Letras, Ciencias Políticas, Enfermería, Odontología, y la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, entre otras dependencias universitarias.
El equipo de ESPORA Psicológica está conformado por 151 profesionales, incluidos supervisores clínicos y especialistas con maestría o doctorado en psicoterapia para adolescentes. Según su coordinador general, Vicente Zarco, el programa atiende a una población potencial de 170 mil estudiantes, más de la mitad menores de edad.

¿Qué tipo de atención ofrece?
Los problemas más comunes entre los estudiantes son la depresión, la ansiedad, el estrés académico y la baja autoestima, explicó Zarco. Además, mencionó que en los últimos años han enfrentado casos derivados de la violencia social y familiar.
Para solicitar ayuda, los estudiantes pueden ingresar al sitio www.espora.unam.mx y enviar un correo electrónico solicitando una cita. El equipo clínico evalúa cada caso para determinar el nivel de riesgo. Si detectan que el alumno necesita atención urgente, se le contacta de inmediato; de lo contrario, se le asigna un terapeuta para iniciar un proceso psicoterapéutico de 14 sesiones.
Durante este acompañamiento, los especialistas evalúan el estado emocional del estudiante y deciden si requiere atención complementaria con un psiquiatra o una institución hospitalaria. El modelo busca enseñar herramientas emocionales para afrontar conflictos y mejorar la calidad de vida. En 2023, el programa atendió a más de cinco mil estudiantes, y en lo que va de este año, ha brindado atención a más de tres mil 200. Según sus registros, el 75 % de los usuarios reporta una mejoría significativa en su bienestar emocional y académico.

¿Qué retos enfrenta la salud mental universitaria?
Para Zarco, la crisis que vive la universidad no es solo de seguridad, sino de cuidado. Señaló que es urgente promover una cultura de acompañamiento entre estudiantes, docentes y trabajadores. “Debemos mirar a quienes se sienten solos o atraviesan problemas y tenderles la mano”, afirmó.
ESPORA Psicológica planea ampliar su alcance mediante una red de salud comunitaria con psiquiatras, enfermeras y trabajadores sociales, en colaboración con la doctora Andrea González Rodríguez, experta en salud pública. La iniciativa busca fortalecer el trabajo preventivo y fomentar el apoyo mutuo dentro de la comunidad universitaria.
Además, el programa recibe también a profesores y trabajadores administrativos, quienes pueden solicitar orientación psicológica y, en caso necesario, ser canalizados a otros servicios especializados.

¿Cómo afectan los trastornos mentales a los jóvenes?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada siete jóvenes entre 10 y 19 años padece algún trastorno mental, y la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento figuran entre las principales causas de discapacidad en este grupo. La doctora María Elena Medina-Mora, exdirectora de la Facultad de Psicología, advirtió que la pandemia de Covid-19 agravó esta situación al aislar a los adolescentes justo en una etapa de construcción de identidad.
Medina-Mora explicó que este aislamiento interrumpió las relaciones sociales y aumentó los niveles de estrés, desesperanza e inseguridad económica. A ello se suma el uso excesivo de redes sociales y videojuegos, que incrementa el aislamiento y la ansiedad.
Para enfrentar esta realidad, la especialista subrayó la importancia de detectar los primeros síntomas de una enfermedad mental. Profesores, tutores y familiares deben estar atentos a señales como aislamiento, irritabilidad, bajo rendimiento escolar o sensibilidad emocional. La detección temprana y el acceso a programas como ESPORA Psicológica pueden marcar la diferencia entre una crisis y una recuperación oportuna.
En palabras de Medina-Mora, la universidad tiene el reto de crear entornos educativos más saludables y empáticos, donde cada estudiante encuentre el apoyo necesario para culminar sus estudios y cuidar su salud mental.

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