El Estado de México enfrenta un colapso vial tras intensas lluvias que provocaron el desbordamiento del río y la ciénega de Lerma. La autopista Lerma–Tenango permanece cerrada en varios tramos, dejando a decenas de automovilistas atrapados y vehículos dañados por el agua.
En la zona de los kilómetros 5 al 7, el nivel del agua alcanzó hasta 60 centímetros, obligando a algunos conductores a retroceder. Se reportan más de 10 vehículos averiados, incluidos dos tráileres varados en medio de la inundación.
Impactos del desbordamiento
El caos no se limita a la autopista. El desbordamiento también afectó al libramiento Lerma–Tres Marías y provocó inundaciones en viviendas y cultivos de Tanguistenco, aumentando la preocupación entre vecinos y productores de la zona.
Automovilistas denuncian que la falta de infraestructura de drenaje y la ausencia de medidas preventivas frente a lluvias intensas intensificaron el desastre. El cierre de la autopista se decidió después de que varios vehículos ya habían sufrido daños, generando críticas hacia las autoridades responsables.
Riesgos que persisten
Las autoridades llaman a usar rutas alternas, aunque los desvíos han provocado largas filas de tránsito y retrasos de varias horas. El nivel de agua más alto se concentró en el kilómetro 7, donde la ciénega natural se salió de control, convirtiendo el asfalto en una trampa para los vehículos.
Los conductores que intenten cruzar la zona corren el riesgo de quedar varados, sufrir daños mecánicos o incluso ser arrastrados por la corriente. El operativo de limpieza y desalojo del agua avanza con lentitud, por lo que no se espera una pronta normalización del tránsito.
La situación vuelve a exponer la vulnerabilidad del Estado de México frente a fenómenos meteorológicos intensos y subraya la urgencia de invertir en infraestructura hidráulica antes de que las lluvias sigan provocando desastres mayores.
