El pasado 17 de junio marcó un hito en la historia laboral de México con la entrada en vigor de la llamada Ley Silla, una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que establece el derecho de las y los trabajadores a contar con un asiento ergonómico durante su jornada. Sin embargo, aunque la legislación ya está vigente, las empresas tienen hasta el 14 de diciembre de 2025 para cumplir a cabalidad con sus disposiciones.
Esta reforma representa un avance significativo en la protección de la salud laboral, al buscar prevenir los riesgos derivados de permanecer de pie por tiempos prolongados. México arrastraba un rezago de más de un siglo en esta materia frente a otras economías de la región.
Ley Silla: Periodo de transición hasta diciembre
Aunque la ley ya está en vigor, el artículo tercero transitorio del decreto establece un plazo de 180 días naturales para que las empresas actualicen su normativa interna. Es decir, hasta el 14 de diciembre de 2025 podrán ajustar sus reglamentos y condiciones laborales sin que haya sanciones.
De acuerdo con Mayeli Cabral, socia del área Laboral de la firma Chevez Ruíz Zamarripa, este margen de tiempo no significa ignorar la ley, sino prepararse para cumplirla en su totalidad. “Desde el 17 de junio las empresas deben comenzar a trabajar en la implementación. Para diciembre, ya no habrá excusas”, afirma.
Por su parte, Estefanía Rueda, socia de la firma Littler, subraya que aunque el derecho ya es exigible, aún no es sancionable, debido al periodo de adaptación que otorga la reforma.
Ajustes necesarios
El cumplimiento de la Ley Silla implica diversas adecuaciones, entre ellas:
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Diagnóstico de puestos que requieren modificaciones.
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Adquisición de mobiliario ergonómico.
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Actualización del reglamento interno de trabajo, en consenso con la Comisión Mixta, compuesta por representantes de la empresa y los trabajadores.
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Registro del nuevo reglamento ante el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL).
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Habilitación de espacios físicos para el descanso.
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Capacitación del personal sobre sus nuevos derechos y obligaciones.
“Los trabajadores participarán activamente en la creación de estas reglas, lo que fortalece la cultura laboral participativa y saludable”, añade Rueda.
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