El proyecto de Olinia, el primer auto eléctrico mexicano, enfrenta desafíos cruciales en su camino hacia la producción y comercialización. Aunque es viable y cuenta con el respaldo de diversas instituciones, el tiempo y las baterías, cuya fabricación aún no se realiza en México, son los principales obstáculos para que este ambicioso proyecto se haga realidad para 2026, el año en que se inaugura el Mundial de fútbol en el país.
Los retos de tiempo y las baterías
Uno de los mayores retos para que el Olinia llegue al mercado en 2026 es la cuestión del tiempo. Según Germán Carmona, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, el calendario es apretado, pero no imposible. “Es necesario un acuerdo con una armadora que permita ensamblar el vehículo a tiempo para cumplir con la meta del Mundial”, explicó el experto, quien también ha asesorado al gobierno en temas de electromovilidad.
Aunque la urgencia es evidente, Carmona señala que México tiene experiencia en el desarrollo de tecnologías de electromovilidad, como los trenes motrices para autos eléctricos desarrollados junto con la empresa Megaflux. Sin embargo, aún queda pendiente el desafío de las baterías, cuyo abastecimiento depende en gran medida de importaciones desde China. El país asiático es responsable del suministro de más del 90% de las baterías de autos eléctricos a nivel mundial, lo que genera incertidumbre sobre la viabilidad de su producción local en el corto plazo.
La cadena de producción y los procesos de ensamblaje
Otro reto importante es la creación de una planta de ensamblaje eficiente y funcional. Bernardo Del Castillo, CEO de Soteria Consulting, subraya que este proceso no es sencillo. “El ensamblaje de autos en serie requiere una planta con pruebas para el armado, lo cual no se puede lograr en un corto período de tiempo”, advirtió Del Castillo. En este sentido, el proceso de prueba y validación de la línea de producción podría extenderse por varios años.
El desafío no es solo construir la nave industrial, sino también adaptarla a un proceso de producción eficiente para lograr ensamblar vehículos eléctricos en serie sin comprometer la calidad o aumentar los costos de manera significativa. Además, hay que considerar las pruebas exhaustivas necesarias para asegurar que los autos sean funcionales y seguros para su comercialización.
Olinia: una opción sustentable y accesible
El proyecto de Olinia, presentado en enero de 2023 por Roberto Capuano, exdirector del Metrobús, busca ofrecer una opción de movilidad urbana sustentable y accesible. El nombre Olinia proviene del náhuatl, y significa “Moverse”. La armadora tiene la intención de fabricar tres tipos de vehículos: uno de movilidad personal, otro de movilidad de barrio, y uno para entregas de última milla, dirigido a transportar mercancías en áreas urbanas.
Olinia no solo apuesta por la sostenibilidad, sino también por la accesibilidad, pues el costo de estos vehículos eléctricos será considerablemente más bajo que los de otros autos eléctricos en el mercado. La armadora tiene como objetivo brindar una opción de transporte para más del 70% de la población mexicana que vive en zonas urbanas, donde el 80% de las necesidades diarias de movilidad son menores a 30 kilómetros.
El camino hacia la producción local
Si bien la empresa Litio MX ha comenzado a desarrollar la cadena de valor del litio en Sonora, aún falta tiempo para que se logre una producción local de baterías para vehículos eléctricos. Carmona también destaca que los avances de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional en términos de electromovilidad, junto con la experiencia de Megaflux, permiten tener una base sólida sobre la que construir el Olinia. Sin embargo, este no es un proyecto que se pueda realizar de la noche a la mañana.
La empresa también tiene que decidir la ubicación de su planta de ensamblaje, con opciones en Puebla o Sonora, aunque aún no se ha definido la sede. A medida que avancen las negociaciones con posibles socios para el ensamblaje, se deberá contemplar la infraestructura necesaria para probar los vehículos y garantizar su calidad.
Futuro incierto pero esperanzador
El sueño de tener un auto eléctrico mexicano, accesible y sustentable, sigue siendo una meta viable, aunque con obstáculos significativos. La clave estará en lograr acuerdos estratégicos con armadoras, obtener un suministro seguro de baterías, y garantizar que las plantas de ensamblaje puedan cumplir con los plazos establecidos para la producción en masa.
A pesar de los desafíos, Carmona se muestra optimista. “No estamos empezando desde cero, ya existe tecnología y experiencia en el país”, afirma. La apuesta por la electromovilidad en México tiene un futuro prometedor, pero requiere una colaboración eficaz entre el gobierno, la academia, y las empresas privadas para superar los obstáculos y hacer del Olinia una realidad en 2026.
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