París, Francia. Una fuerte controversia se desató en los Juegos Olímpicos de París después de que se revelara que el atleta estadounidense Noah Lyles corrió la final de los 200 metros a pesar de estar contagiado de COVID-19. La noticia fue confirmada por las autoridades estadounidenses luego de que Lyles mencionara en una entrevista con NBC que había dado positivo. Como resultado, una tarjeta amarilla apareció junto a su nombre en los resultados oficiales.
El incidente ocurrió tras la final de los 200 metros, donde Lyles, considerado uno de los favoritos para llevarse el oro, solo pudo obtener la medalla de bronce con un tiempo de 19.70 segundos, mientras que el botsuano Letsile Tebogo se llevó el oro con 19.46 segundos. Este resultado sorprendió a muchos, dado que Lyles había ganado la final olímpica de 100 metros días antes y se esperaba que lograra un histórico doblete.
Después de cruzar la meta, Lyles se desplomó y tuvo que ser asistido por el personal del Estadio de Francia, siendo retirado en silla de ruedas. A pesar de su estado de salud, Lyles expresó que estaba decidido a competir: “Quería correr. Me dijeron que era posible, así que simplemente me aparté del resto”, comentó, añadiendo que no se encontraba al 100% de sus capacidades.
El brote de COVID-19 ha sido una preocupación constante desde el inicio de las competiciones en París. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que al menos 40 atletas olímpicos han dado positivo por COVID-19 u otras enfermedades respiratorias desde el 6 de agosto, lo que añade una capa adicional de incertidumbre a estos Juegos Olímpicos.
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