La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha anunciado medidas preventivas y de respuesta ante la posibilidad de una sequía extrema en el Sistema Cutzamala, que abastece a una parte crucial del Valle de México. Ante la preocupante disminución de los niveles de las presas, la entidad ha delineado un plan de acción en caso de emergencia, enfocado en la conservación y distribución equitativa del vital líquido.
La situación, exacerbada por las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones, ha elevado el riesgo de que el Sistema Cutzamala alcance un estado crítico en los próximos meses, con la posibilidad de que millones de personas se queden sin acceso al agua potable.
Entre las medidas propuestas por Conagua se encuentran:
- Rehabilitación de la calidad del agua en cauces, vasos y acuíferos, mediante la creación de infraestructura para tratamiento de aguas y saneamiento.
- Ampliación de la red de distribución, incluyendo la perforación de pozos superficiales y profundos, así como la expansión de redes de captación en zonas urbanas y rurales.
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- Implementación de medidas de mitigación de sequía por parte de titulares de concesiones para el uso y explotación del agua, incluyendo la cesión temporal de derechos de agua a las autoridades y la verificación de la transferencia de volúmenes concesionados no utilizados.
- Exploración de otras fuentes de suministro de agua, como las presas y cuencas de Temascaltepec, Mezquital y Tecolutla.
Además, se insta a los usuarios a adoptar medidas de mitigación de sequía en el uso doméstico del agua, las cuales serían comunicadas detalladamente por las autoridades en caso de emergencia.
El informe más reciente del Comité Técnico de Obras Hidráulicas de Conagua revela que las presas en México se encuentran al 49% de su capacidad total, con el almacenamiento del Sistema Cutzamala situado en un preocupante 38.2%, muy por debajo de su histórico para esta época del año.
Ante este panorama, las autoridades continuarán realizando operativos emergentes para garantizar el abastecimiento de agua a las áreas afectadas, con especial atención a la Ciudad de México, una de las regiones más golpeadas por la crisis del agua.
Se espera que estas medidas contribuyan a mitigar el impacto de la sequía en la población y a fortalecer la resiliencia del sistema hídrico ante futuros eventos climáticos extremos.
