Implantes cerebrales para restauraciones ¿Serán una realidad?

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¿Han hecho pruebas de implantes cebrebrales? 

La tecnología de la mano de la neurociencia, ha dado pasos agigantados en los avances de la salud y la metacognición. Ahora el avance, nos presenta un nuevo implante cerebral, probado con monos, que ha logrado restaurar funciones cognitivas que los animales habían perdido. La ‘prótesis neural’, que involucra un conjunto de electrodos colocados en la corteza cerebral, ha conseguido restaurar los procesos de toma decisiones en los animales.

La investigación científica, incluyó a cinco monos rhesus que habían sido entrenados durante dos años para llevar a cabo una tarea simple de selección de imágenes, la cual lograron realizar exitosamente en un 75%.

Posteriormente y con ayuda de un electroencefalograma, se registró su actividad cerebral para confirmar cuáles eran las áreas que se activaban cuando los monos realizaban la tarea. Los científicos, estudiaron específicamente los patrones de activación de neuronas en la corteza prefrontal, la región involucrada en la toma de decisiones. Luego se administró cocaína a los monos para simular una lesión cerebral y de inmediato, cuando los animales trataron nuevamente de llevar a cabo la tarea de selección de imágenes, su tasa de éxito disminuyó un 20%. Entonces se probó la prótesis neural y el dispositivo fue sumamente efectivo al restaurar la capacidad de toma de decisiones dañada por la cocaína, a un nivel del 10% sobre el normal, incluso cuando la droga estaba todavía presente y activa.

¿Cuál es el objetivo de estos nuevos implantes cerebrales?

El uso de estos implantes cerebrales podría ayudar a personas con algún grado de parálisis cerebral a recuperar parte de su independencia motora, o incluso del habla, recurriendo a la interacción entre la información procesada por el neuroimplante y el control de máquinas y otros dispositivos electrónicos, a través de la comunicación inalámbrica. Gracias a este tipo de intervención, las personas que utilicen el implante podrían incluso expresar su creatividad en actividades de ocio, como la fotografía, el arte o incluso la escritura.

A medida que la tecnología avanza, se descubren nuevas vías de comunicación cerebral que dan acceso a un campo más amplio de la información neuronal.

¿Cómo funciona un implante cerebral?

Gracias a la neurocirugía, el implante se coloca en el cerebro para poder conectarse a miles de neuronas y registrar así su actividad. Ósea una mejor sinapsis. A continuación, la información obtenida de las neuronas y su actividad se interpreta a través de un procesamiento digital en tiempo real. Esta interpretación permite así enviar nuevos datos al implante que, a su vez, enviará señales eléctricas para estimular determinadas neuronas previamente identificadas.
Estas señales / estímulos enviados por el implante permiten al cerebro iniciar una acción (por ejemplo, la ejecución de una acción motora), como la capacidad de controlar máquinas, ordenadores o dispositivos móviles. La comunicación entre el implante cerebral y el equipo electrónico se realizaría mediante tecnología Bluetooth, permitiendo así una mayor movilidad para el usuario.

Recurriendo a algoritmos de Inteligencia Artificial y con la ayuda de la experiencia acumulada por los usuarios del implante, las actividades desarrolladas podrían ser cada vez más avanzadas y complejas, permitiendo así una mayor libertad de movimiento, habla o pensamiento.

¿Este tipo de implante será más seguro en un futuro?

En Los recientes ensayos clínicos del proyecto de Neuralink todavía no han comenzado, por lo que ni la seguridad ni el rendimiento de estos implantes cerebrales están garantizados. Por ahora el diseño del propio implante y los procedimientos técnicos de la cirugía son el tema primordial del proyecto. Pero también se están incluyendo innovaciones técnicas con el objetivo de mejorar la seguridad de la cirugía en comparación con la neurocirugía robótica actual, que ya utiliza implantes para tratar determinados tipos de enfermedades, como el temblor esencial o el Parkinson.

Existe siempre el riesgo asociado a la anestesia general, pero en el caso de este nuevo implante se espera reducir el tiempo de la cirugía e incluso eliminar por completo el uso de la anestesia. ¿Cómo? Mediante el uso de un robot neuroquirúrgico, que será el encargado de introducir los electrodos de forma precisa y eficiente, a través de un pequeño orificio en el cráneo de hasta 23 mm de diámetro. Combinando este procedimiento con otros avances en cirugía robótica, será posible eliminar la anestesia general e implantar el dispositivo bajo sedación consciente.

La implantación directa de un dispositivo en el cerebro, el órgano más importante del cuerpo humano, conlleva cierto riesgo de hemorragia, pero este se pretende reducir a través de unos microcables diminutos, de una escala bastante reducida (micrón), que son insertados con una aguja cuyo diámetro es aproximadamente del tamaño de un pequeño grupo de neuronas. Además, como cada cable se inserta individualmente, el uso del robot neuroquirúrgico permite evitar daños en los vasos sanguíneos de la superficie del cerebro o cerca de ella.

A pesar de todo existen grupos de científicos que critican esta solución, como es el caso de Sid Kouider, ex neurocientífico del Centro Nacional para la Investigación Científica en Francia (CNRS). Kouider afirma que el procedimiento para implantar dispositivos en el cerebro es extremadamente complejo y que este tipo de cirugía, a pesar de presentar ventajas, puede ser excesivamente invasiva e implicar altos riesgos.

Sin duda, el proyecto es revolucionario, y si se lleva a cabo según lo planeado, podría tener un gran valor para la humanidad, con miles o incluso millones de personas pudiendo recuperar parte de su movilidad, su capacidad de habla o incluso la memoria. Sin embargo, este proyecto aún se encuentra en desarrollo y todavía quedan muchas preguntas por responder, desde un punto de vista ético y científico. ¿Será posible recuperar memoria con este tipo de dispositivos? ¿Esta recuperación afectará a otros campos cerebrales o a otras capacidades? ¿Podría el organismo reconocer el implante como un cuerpo extraño y rechazarlo?

La tecnología con ayuda de la neurociencia, podría traernos más beneficios, al modificar el componente biológico más importante del ser humano. “El cerebro”. Un implante que potencialice las capacidades natas del ser humano, ya que, con esto, podría lograr mejorar la capacidad de resolver los problemas del día a día.