¿Qué son las calaveritas literarias?

Las calaveritas literarias son epigramas o versos rítmicos de rima variada cuyo motivo principal es la muerte, haciendo de ésta un pretexto para efectuar una parodia de personas que pueden estar vivas o muertas, así como acontecimientos políticos o culturales.

Las características que generalmente se aprecian en dichas creaciones líricas son ingenio, ironía, sutileza, caricatura, rima y musicalidad.

¿Cuál es su origen?

Uno de los antecedentes más reconocidos de la naturaleza de la calaverita, se halla en uno de los textos más polémicos de la época novohispana:

‘La portentosa vida de la muerte’ (1792). De autoría del franciscano Fray Joaquín Bolaños, se trata de un texto considerado como vital para entender “la estética de la muerte novohispana”, según Enrique Flores, académico especializado en literatura colonial y la etnopoética; y que fue fuertemente censurado por personajes como José Antonio Alzate que además sería gran crítico de la obra de Lizardi, ‘El Periquillo Sarniento’.


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En la obra de Bolaños, se visualizan una gran cantidad de elementos así como una lectura que “alterna lo solemne y lo chusco, lo trágico y lo cómico, lo terrible y lo grotesco” alrededor de una trama en la que existe una personificación de la muerte como un esqueleto que camina entre los vivos y retrata algunos eventos terribles de la historia. A su vez, se trató de un texto que trató a la muerte “con gracejo” y al “hablar, coloquial, familiar vulgarmente” evocó una esencia satírica que ilustradores como Posada, utilizarían para ilustrar a “La Flaca”.

Cómo elaborar las Calaveritas Literarias

Las calaveras tradicionales se escriben en estrofas de cuatro versos. Cada verso debe tener ocho sílabas. Los versos riman entre sí. Generalmente riman el primero con el tercero y el segundo con el cuarto (lo que se conoce como “rima serventecia”) o el primero con el cuarto y el segundo con el tercero (lo que se conoce como “rima abrazada”).

Observa diversos ejemplos de las fuentes que más se te faciliten. Piensa en cada estrofa como una unidad. Comienza escribiendo un inicio
en el que refieras el lugar, en la segunda estrofa describe alguna cualidad especial de la persona a quien le quieres dirigir la calavera, sus dientes, su peinado, su carácter, descripciones breves, situaciones que puedas reducir a cuatro versos.

Si no te queda la forma tradicional, si las rimas no cuadran, si los versos no son de la medida adecuada, no te desesperes, recuerda que la única forma de dominar cualquier técnica es practicándola una y otra vez.