En la década de los 80´s, Jeffrey Dahmer el llamado “caníbal de Milwaukee” asesinó a 17 hombres en su mayoría de piel color negra o morena, el caso de este personaje causó un gran impacto en EU ya que, en la década de las 70´s habría habido un gran número de asesinos seriales.
Jeffrey Dahmer aprovechó el terror colectivo que existía, el mismo llevó a cabo prácticas de antropofagia, necrofilia y pederastia, la miniserie de Netflix forjó el personaje de tal forma que te pueda trasladar a la historia.
Evan Peters fue quién protagonizó la miniserie, este mismo se introdujo en el personaje del criminal, se muestra como atraía a sus victimas en Walker´s Point, Milwaukee, una zona de bares gay y actualmente es una zona turística.
La serie muestra la crueldad de los crimenes cometidos, aunado a la lentitud de las autoridades para poder encontrar a los sospechosos y que en realidad habría estado en contacto con autoridades y que lo dejaron libre en repetidas ocasiones, pese al enorme rastro que dejó.
Problemas con el alcohol y primer entrada en prisión
Dahmer fue un chico de comportamiento errático e introvertido desde niño, esto habría sido empujado por problemas mentales que su madre tuvo, además de las peleas y discusiones que había en casa. Se podría decir que su infancia fue muy infeliz, esto hizo que su mente distorsionara la realidad, a los 10 años, Jeff ya disfrutaba de limpiar viseras de peces y buscando animales muertos en la carretera y que diseccionaba estos por goce,
Para la adolescencia de Dahmer ya bebía alcohol, un factor que no dio pie a que no acudiera a la universidad, de hecho estudió en Ohio State University, claro que sus acciones lo hicieron abandonar la misma, posterior a esto se enlistó en el ejército obligado por su padre, de igual forma fue expulsado por sus problemas con el alcohol.
En 1979 Dahmer regresaría a su hogar, fue detenido semanas después, acusado de acariciar y fotografíar a un joven de 13 años, pasó 10 meses en prision.
Su mente estaba tan distorsionada por los problemas familiares, el alcoholismo, la frustración del ejército y la cárcel que la masacre habría apenas comenzado, el teniendo tan solo 18 años.
El monstruo en Milwaukee
Tras su salida de prisión, el apartamento de North 25th Street se transformó en su centro de operaciones. Allí cometió toda clase de fechorías, después de cortejar a sus ligues y llevarlos a su hogar, donde eran drogados y estrangulados.
Un método habitual al que se unieron esporádicamente procedimientos como el desmembramiento de los cuerpos o la inyección de ácido clorhídrico a través de un agujero en el cráneo, entre otros métodos de tortura.
El 22 de julio de 1991, Tracy Edwards, su última víctima, consiguió escapar del lugar esposado. Así las autoridades dieron finalmente con Dahmer, quien intentó escapar sin éxito. En su casa encontraron diferentes órganos, cráneos, un corazón en en el congelador y sangre en las paredes.
El psicópata fue diagnosticado de trastorno límite de la personalidad, trastorno esquizotípico de la personalidad y un trastorno psicótico, que no impidieron que fuera juzgado hasta a 15 cadenas perpetuas. Durante el transcurso judicial, Dahmer reconoció haber cometido canibalismo y necrofilia.
Su muerte resultó igual de violenta. El preso afroamericano Christopher Scarver asesinó a Dahmer a los 34 años, mientras cumplía condena en la cárcel de Columbia Correctional Institution en Portage, Wisconsin.
Scarver también fue responsable de la muerte de Jesse Anderson, quien había matado a su mujer. Dos asesinatos que muchos señalaron como un ajuste de cuentas racial, puesto que ambos habían mermado especialmente a la población negra de EU, una desaparición a la altura de uno de los psicópatas más temidos del país.
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