Estados, ni tan autónomos ni tan independientes

M.C. y H. Oswaldo Rodríguez Amaya

A pesar de que los marcos jurídicos han señalado que los Estados son autónomos e independientes, hoy es una realidad que los presupuestos han ahorcado a las regiones, siendo rehenes del poder político centralista.

 

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) las entidades federativas tienen poca autonomía fiscal y alta dependencia económica de las diferentes transferencias federales, lo que implica que los propios estados pierdan la capacidad de poder resolver las problemáticas locales de una forma ágil, focalizada y acorde a sus propios ejes de desarrollo.

 

Aunado a lo anterior, los Estados viven en la incertidumbre, realizando análisis prospectivos  de los ejercicios fiscales que corren, sin embargo, las deudas aumentan y el pago a proveedores se retrasa por no saber el momento en el que se vean reflejadas en las arcas publicas las participaciones federales; sin olvidar que la mala administración de los recursos lleva a que no se cumplan, en ocasiones, ni con las obligaciones básicas del estado hacia sus trabajadores.

 

Según el IMCO, en el 2020, las entidades federativas generaron únicamente 11% de sus ingresos, mientras que 82% provino de la federación y 7% se obtuvo a través de deuda pública; siendo el impuesto más importante para los gobiernos estatales el de la nomina, que represento el 65% de sus ingresos por impuestos y en el 2020 se recaudaron 104 mil 826 millones de pesos.

 

Con base en los datos anteriores, podemos señalar que, el hecho de que el 82% de los recursos públicos que se gastan en el estado sea de transferencias federales refleja las problemáticas fiscales de las entidades, pues producen un poco autonomía fiscal, alta dependencia federal y una baja recaudación local.

 

De los tres últimos puntos anteriores, es importante mencionar que la poca autonomía fiscal y la alta dependencia federal son factores que van de la mano, pues al momento de que los estados no puede subsistir por si mismos, los obliga a pedir apoyo a la federación, quien, por supuesto, condiciona su apoyo a cambio de acuerdos políticos futuros, siendo también los estados más beneficiados los que sean del mismo partido político, al tener una afinidad más marcada y mayores relaciones políticas que permitan llegar a las personas indicadas presupuestalmente hablando.

 

Según el estudio publicado por el IMCO en días pasados, se señaló que entre 1998 y 2020 las transferencias federales crecieron un 198%, sin embargo, entre 2019 y 2020, las transferencias federales disminuyeron en 2.3% como resultado de la disminución de los ingresos del Gobierno Federal por la pandemia de COVID-19.

 

Finalmente, podemos mencionar que, lamentablemente, estados como Durango, dependen en una alta medida de las participaciones federales, sin embargo, ante la desaparición de los fideicomisos y la reducción presupuestal que se tiene constantemente o el pago tardío de dichas participaciones se ahorcan a los municipios y también al Estado en general, no omitiendo que, si se tiene una mala administración, tendremos aun mayores gobiernos de menores resultados. Al tiempo.