Rafael Nadal se consagró campeón del Abierto de Australia

Rafael Nadal se convirtió en el primer jugador de la historia en alcanzar veintiún títulos del Grand Slam al vencer en una épica final del Abierto de Australia al ruso Daniil Medvedev por 2-6, 6-7(5), 6-4, 6-4 y 7-5 en cinco horas y veinticinco minutos de partido.

Nadal, a sus 35 años, dio la vuelta a un partido prácticamente perdido para levantar, por segunda vez, el trofeo en Australia y deshacer el empate histórico con el serbio Novak Djokovic y el suizo Roger Federer, que también habían ganado veinte “grandes” cada uno.

El tenista español no decayó a pesar de ceder las dos primeras mangas a su rival, número dos del mundo y que disputaba su segunda final en el Melburne Park. Después de casi seis meses apartado del circuito por lesión y 476 días después de ganar su último Roland Garros, el balear volvió a celebrar entre lágrimas.

En la primera manga del partido, Medvedev logró sacar la diferencia en el quinto game. Fue allí cuando el ruso pudo quebrarle el saque a Rafael Nadal y poner el resultado 3-2. Con un nuevo quiebre que iba a llegar minutos más tarde, el número dos del mundo logró adueñarse del primer set imponiendo su juego en 42 minutos y decretando el 6-2 a su favor.

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No fue hasta el cuarto game del segundo set cuando Rafa pudo quebrarle el saque al joven de 25 años y poner el marcador 3-1. Medvedev, de todos modos, iba a volver a emparejar el partido antes de irse al descanso en un set muy cambiante.

La segunda manga se estiró hasta el deuce con un ritmo de juego muy parejo entre ambos. Fue en en el cuarto, y después de 12 minutos, cuando el ruso logró quebrarle el saque y reponerse en el marcador (5-4). Los errores no forzados complicaron a Rafa durante el tramo final pero pudo estirar el juego (6-5).

En una manga que jugó mucho lo físico y lo mental, Medvedev mantuvo su servicio e hizo que todo se resolviera en el tiebreak (6-6), fue allí en donde el ruso se impuso por 7-5 llevándose el segundo set consecutivo y complicando la remontada del español.

El público pareció volcarse por Rafael Nadal desde el inicio del cuarto set. Los aficionados jugaron un papel importante en el quiebre con el que el español se puso 2-1 y posteriormente 3-2 tras un tenso deuce que pudo haberse decantado para cualquier lado. Envalentonado tras haber descontado, el balear salió más decidido que el ruso, a quien la cabeza le jugó en contra al haber perdido la tercera manga.

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