Alethia Hernández.
En el Índice Global de Impunidad, en el año 2017, México es el país con el más alto nivel de impunidad en América Latina, ocupando el cuarto lugar con mayor impunidad en el mundo.
Esto es gravísimo, ya que para darnos una idea, 91% de los delitos cometidos en México, quedan en impunidad.
En la actualidad, en este sexenio de gobierno, se han visto rebasados con miles de casos que no se han resuelto ni se resolverán, ya que algunos de los problemas más serios que enfrentamos, son las desapariciones, feminicidios, violaciones contra la población migrante, tortura y detenciones arbitrarias, y violaciones a los derechos humanos de quienes ejercen el periodismo.
La organización Due Process of Law Foundation, destacó que las violaciones de derechos humanos y falta total de respuesta adecuada de parte de instituciones que están rebasadas en estos delitos e injusticias, siguen siendo la regla, no una excepción.
Esto hace que el Estado Mexicano sea incapaz de resolver, al menos de forma inmediata y a corto plazo, esta crisis de violaciones de derechos humanos de sus ciudadanos.
A finales de los 90´s, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos recomendó al Estado Mexicano, que fuera reformado el Código de Justicia Militar, debido a que era ese rubro las mayores violaciones a derechos humanos cometidos, esto de la reforma, para garantizar que esas violaciones por militares fueran juzgadas por el sistema de la justicia civil. En el año 2014, el Congreso de la Nación aprobó esa reforma.
Dicha reforma, tuvo la finalidad de que menos casos de violaciones a derechos humanos quedaran impunes, sin embargo, en este sexenio, otra área es la que también ha quedado impune con violaciones severas a los derechos humanos, y es a las referentes a la libertad de expresión.
De los delitos cometidos contra periodistas, el 99.75% quedan en la total impunidad!!.
Eso aunado a los altos niveles de delitos cometidos contra periodistas, hace de México uno de los países más peligrosos y de alto riesgo, para ejercer el periodismo, y con ello, la dificultad de defender los derechos humanos de los ciudadanos y profesionistas que día a día expresan las inconformidades por las arbitrariedades que se llevan a cabo por parte del Estado Mexicano.
La impunidad, envía una señal clara a los que cometen esos delitos, y es que les dice que: “ no sufrirán consecuencias por sus acciones”. Traducido, es abrazos no balazos. Con lo cual no pasa nada.
Esto ha hecho que se torne un Estado Mexicano mucho más caótico, violento y que los delitos en su mayoría graves, se cometan, sin que tengan sentencias condenatorias algunas, puesto que han demostrado la incapacidad para resolverlos, y la ineficacia del personal que no se da abasto en las instituciones de procuración de justicia, además de haber sido rebasados por los casos en las diferentes fiscalías e instituciones de procuración de Justicia.
Es por ello que, en mi reflexión pienso si:
¿Estamos viviendo una crisis de Procuración de Justicia y de prioridades en nuestro sistema de justicia? Al parecer, así es.
Alethia Hernández.
