Marco A. Rodríguez Blasquez.
A unos cuantos días de finalizar 2021, falleció el Arsobispo Sudafricano ganador en 1984 del premio Nobel de la Paz, por su defensa a los derechos humanos durante el período del apartheid en su país natal, convirtiéndose en un símbolo en contra de la segregación racial.
Durante el año 2015, en una visita de Desmond Tutu que duró siete días y que realizó al hogar del Dalai Lama en la India, con motivo del aniversario número 80 de este último, tuvieron la oportunidad de hacer un viaje retrospectivo de sus vivencias y experiencias, a fin de responderse la siguiente pregunta ¿Cómo podrían encontrar la alegría mientras afrontaban el inevitable sufrimiento de la vida?, y a través de su filosofía espiritual descubrir una mejor manera para entender al mundo y la forma de tener una vida llena de alegría.
De este encuentro con duración de una semana surgió el Libro de la Alegría, cuyo contenido está lleno de sabiduría y estos dos premios Nobels por la Paz, nos ofrecen un camino hacia la felicidad, de cómo enfrentar el miedo, la enfermedad y la muerte. Son dos personajes de nuestro siglo que transmiten el sufrimiento por las persecuciones de que fueron víctimas, lo que los inspiro a tomar un camino de reflexión permitiéndoles afrontar las adversidades.
Es recomendable y gratificante en este inicio de año la lectura de este libro, en donde ambos líderes espirituales conjuntaron su filosofía de vida y reflexionaron sobre el camino de dificultades que tuvieron que recorrer, pero también nos animan a saber enfrentar los momentos difíciles.
Ante el fallecimiento de Tutu, distintos líderes internacionales expresaron comentarios sobre etapas en la vida de este activista y luchador social. Transcribo algunos de ellos: Barack Obama se refirió a el como “un mentor, un amigo y una brújula moral”, el primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson “fue esencial en la lucha contra el apartheid “, Emmanuel Macron escribió “la lucha por la reconciliación permanecerá hasta nuestros días”, el Papa Francisco resaltó “su servicio del Evangelio mediante la promoción de la igualdad” y destacó como uno de los inspiradores de su reflexión sobre la “fraternidad universal” el Dalail Lama, asentó que “era un gran hombre que ha tenido una vida llena de sentido y enteramente al servicio de sus hermanas y hermanos.”
Contrario a las expresiones de fraternidad y solidaridad de distintos personajes del mundo, el Presidente AMLO pretendió capitalizar para su movimiento de la cuarta transformación una de las frases de Tutu, cuya transcripción en sus redes sociales fue, Hoy murió a los 90 años en Sudafrica Desmond Tutu, compañero de lucha de Nelson Mandela contra el racismo. El contenido de la frase externó AMLO, es lapidaria, pero contundente y cierta : “ Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor” Se entiende que lo expresado por Desmond Tutu lo relaciona AMLO para así justificar su política de que primero son los pobres.
Pero bajo una óptica distinta, hay frases igual de lapidarias de Tutu que reflejan “y caen como anillo al dedo” en la actuación de este gobierno de la 4-T. Transcribo algunas de ellas: “Reparar injusticias sin crear justicia termina empeorando la realidad”, “ El resentimiento y la ira son malas para la presión sanguínea y para la digestión”, “La exclusión no es el camino a seguir en nuestro camino compartido hacia la libertad y la justicia”.
La lectura del libro nos conduce hacia una reflexión sobre la actitud a tomar ante la realidad actual, siendo necesaria la observación y evaluación objetiva de los avances logrados, pero también y de manera simultánea de los errores cometidos. Ante los distintos escenarios el ser optimistas y con una actitud positiva ante la vida, contribuirá a encontrar la felicidad y ser más propensos al éxito.
El pensador político Noam Chomsky apuntaba que “Tenemos dos opciones: “Podemos ser pesimistas, abandonar y contribuir a que ocurra lo peor sin vuelta atrás, o ser optimistas, atrapar las oportunidades que existen y contribuir, tal vez, a que el mundo sea mejor”.
En lo personal me inclino a apostarle al optimismo, y no predecir un futuro lleno de fatalidades y menos aún invocar escenarios catastróficos imaginando el peor de los acontecimientos. Decía Nietzsche que “Cada instante es una nueva oportunidad de comenzar de nuevo”.
La oportunidad de este gobierno de arribar a la cuarta transformación, a medida que pasa el tiempo parece esfumarse, lo que se explica por una serie de decisiones que van desde la defensa a colaboradores cercanos al Presidente AMLO que han incurrido en actos de corrupción, hasta desaciertos en los temas económico, de salud y seguridad, mismos que en su conjunto han contribuido al incumplimiento de las metas programadas. Si bien este gobierno no puede volver el tiempo atrás, si tiene la oportunidad de provocar los cambios y corregir el rumbo.
La tarea implica la adopción de medidas prudentes y estratégicas en cuanto a planeación, organización e implementación. Estar preparados para el peor de los escenarios imaginables, empezando por la nueva variante del covid 19, sin descuidar impulsar el crecimiento económico, y redefinir la política contra la inseguridad.
El Presidente AMLO deberá cambiar las reglas del juego con los distintos actores del país con los que su gobierno tiene que interactuar: empresarios, académicos, sindicatos, líderes de Ongs, etc. y acercarse a lo que expresó Desmond Tutu: “Vivimos en un universo que se caracteriza por la diversidad y sin embargo nos empeñamos en desestimar y repeler al que es distinto a nosotros.”
Director de BGC Consultoría Estratégica.