Pedro Isnardo de la Cruz y Juan Carlos Reyes
En Topolobampo, Municipio de Ahome, Sinaloa, México vive un episodio del futuro.
El último domingo de noviembre 2021 se llevó a cabo un proceso de consulta popular en el norte del Estado de Sinaloa para decidir sobre la construcción de una planta de fertilizantes en Topolobampo.
Participaron ciudadanos de todas las clases sociales y etnias de la región que comprende los municipios de Ahome, El Fuerte y Guasave.
El resultado fue positivo y a favor del proyecto sustentable.
El proyecto de infraestructura contará con inversión de capital proveniente del sector privado nacional y extranjero, que puede llegar a sumar varios miles de millones de dólares y que se prevé para una duración, financiamiento e impacto de 12 a 25 años.
Representaría para la región y para el país en su conjunto una fuente natural de prosperidad por que se producirán fertilizantes de alta calidad, insumos indispensables para la agricultura: se pretenden producir 2200 TM/día de amoniaco anhidro, indispensable para la obtención de fertilizantes; en el plan maestro se contempla también la construcción de otras plantas de Urea y Amoniaco.
En el punto máximo de captación de capital humano para el diseño, ingeniería y construcción se prevé la contratación de cerca de dos mil trabajadores, pudiéndose generar más de 15 mil empleos indirectos por la derrama económica regional.
Los inversionistas europeos cuentan con experiencia internacional en la produción de metanol y amoniaco, cumpliendo con normas ambientales y de calidad en el producto que garantizan el cuidado del medio ambiente.
El espejo internacional, por otro lado, demuestra que la investigación científica subraya diversas lecciones preventivas de sostenibilidad para las naciones (Wuepper, D., Borrelli P. y Finger, R. (2020). Countries and the global rate of soil erosion. Nature Sustainability, noviembre, No. 3, 51-55:
1. La importancia de que se reorienten las inversiones a una agricultura de precisión para que los fertilizantes se utilicen donde efectivamente se necesiten;
2. se ofrezcan incentivos a los agricultores para que la producción sea más respetuosa con el medio ambiente;
3. se promuevan procesos de producción que conduzcan a una mayor eficiencia en el uso del nitrógeno;
4. que se prevea la reducción de la contaminación por nitrógeno y el daño ambiental que implica el desperdicio de alimentos que se suele depredar entre el campo y la puesta de los productos en manos del consumidor y
5. que los agricultores que utilicen menos nitrógeno y cuenten con utilidades más bajas, puedan recibir una compensación financiera del Estado.
Es posible que estemos ante un punto de inflexión en la política presidencial por una economía mixta y que ello direccione al país a una genuina política industrial:
El respaldo presidencial a la planta de Topolobampo mandaría una señal de que el Estado mexicano es fuerte promotor de la inversión y el empleo en proyectos viables y sustentables, e incidiría en la mejora radical de los precios de los insumos para la actividad agropecuaria de la región denominada el granero de México.
Es un momento decisivo para la segunda parte de su mandato gubernamental e implicaría que la 4T no tiene un designio de ruptura real con el sector privado y la inversión extranjera directa.
Se trata de un proyecto que implicaría reorientar las bases del desarrollo nacional: las comunidades de trabajadores y familias de la región, un universo importante en condiciones dependientes del futuro del campo, recibirían capacitación de punta y percepciones salariales competitivas.
Así, la 4T estaría impulsando un escenario que quedó en retórica en el sexenio de López Portillo: el impulso para la reducción drástica de importación de fertilizantes hacia su producción local/regional mexicana, diseñando otras condiciones objetivas para alcanzar nuestra soberanía alimentaria.