Ivonne Ortega Pacheco
La comparecencia del consejero presidente del INE Lorenzo Córdova Vianello ante el pleno de la Cámara de Diputados ha sido un hecho histórico por variadas razones, la primera es meramente por su presencia, ya que constitucionalmente quien encabeza dicho organismo autónomo no tiene la obligación de comparecer, pero también porque a pesar de la avalancha de insultos y agravios de representantes oficialistas, la institución electoral mexicana no solamente salió ilesa sino fortalecida.
Creo que un gran número de personas vieron en vivo o en repeticiones a través de los medios de comunicación y de las redes sociales ese espectáculo grotesco y lamentable que fue la competencia de diputadas y diputados de Morena y sus aliados para ver quién ofendía y agraviaba más al presidente del INE. Se llegó al absurdo de llamarle “igualado” para negarle un saludo siquiera.
El funcionario electoral sin embargo, no respondió con ofensas, sino con argumentos, propuso diálogo y expuso hechos. Y ganó.
Aclaro que el ganador no fue tanto el hombre, a pesar de llevar claramente méritos, sino la institución que representa y encabeza. Porque más que nunca fue evidente su autonomía y entereza, su fortaleza para resistir los embates de la antidemocracia.
Toca a todas y a todos no solo defender sino preservar y fortalecer al INE. Es una institución creada por y para los mexicanos, somos la ciudadanía la que se integra en cada proceso electoral para fungir como representantes y directivos de casilla, somos las y los ciudadanos los que garantizamos que haya elecciones libres, y está muy lejos, atrás en la historia, las épocas en las que era el gobierno el organizador, y se atrevía incluso a jalar hilos que hacían “caer el sistema”.
Durante su argumentación en la Cámara de Diputados, el presidente del INE incluso desveló una incógnita trascendente y que posiblemente tendrá efectos para el partido en el poder.
Ante una pregunta del coordinador de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Mayanez, Córdova Vianello informó públicamente que a pesar de que fue una de sus principales promesas de campaña, que hizo spots en prensa, radio y televisión, en redes sociales con este motivo, Morena no otorgó un centavo de sus recursos de campaña para la compra de vacunas.
Tampoco donó la mitad de su financiamiento público para beneficio de las personas damnificadas por el sismo de 2017 en la Ciudad de México. Nada.
Lo que sí hizo Morena fue saturar los espacios publicitarios para presumir en campaña electoral que donó dinero para damnificados y para comprar vacunas. Publicidad fraudulenta. Mentira.
Y con fraude y mentiras, jugaron con la desgracia de miles de damnificados por los sismos de 2017 en la Ciudad de México, y jugaron con los sentimientos de temor e indefensión de mexicanas y mexicanos al anunciar que darían dinero para la compra de vacunas cuando sabían que no donarían ni para jeringas.
Tremenda exhibida les pegó el consejero presidente del INE. No necesitó decir un solo insulto para dejar por los suelos la cacareada moral oficialista.
¿Habrá consecuencias? Seguramente. Por lo pronto, el presidente de Morena, Mario Delgado, ha dicho que “devolverán” lo ofrecido para la compra de vacunas, para damnificados. Pero lo que ofrecieron no se hizo, mintieron. Y de esa mentira surgieron sus curules, sus ayuntamientos, sus gubernaturas.
Qué grande es la institución electoral mexicana. Y qué fuerza tiene una declaración de quien la representa, si se reviste de autonomía y autoridad.
Esa autonomía es la que salió fortalecida del encuentro en la Cámara de Diputados, no solo por la entereza del presidente del INE ni por la exhibida a Morena y al oficialismo, sino porque está muy claro que la única forma de que nuestro país sea uno de derechos ciudadanos, sin autoritarismos ni caprichos de gobernantes, es a través de la democracia.
Bien por el INE. Cuidémosle y fortalezcámosle, porque es de todas y todos los mexicanos.
Coordinadora Nacional para el Empoderamiento Ciudadano, MC.
Articulo publicado en El Universal