Red Pública – El PRI perdió la oportunidad

Edgar Mereles Ortiz.

“para ser político hay que se historiador

o por lo menos saber de historia.”

Jesús Reyes Heroles.

Dedicado a Aurora García Calzada.

Abuela amorosa,

ávida lectora, excepcional historiadora,

amante de la tauromaquia, beisbol y box.

En la década de los años treinta, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas el PNR convocó a su Asamblea Nacional, ahí Juan Andrew Almazán pidió que el partido luchara por otorgarle el derecho al sufragio a las mujeres, también en esa asamblea se le cambio el nombre al partido por el de la Revolución Mexicana. En enero de 1946 en los últimos meses del gobierno de Ávila Camacho el PRM convocó a su asamblea nacional donde postuló a Miguel Alemán como su candidato a la presidencia, Alemán cambió en esa ocasión el nombre del partido por el de Revolucionario Institucional.

En cada asamblea nacional el PRI hacia un ritual de idolatría al presidente en turno, los oradores se esmeraban por ser el que mas loas dijera del “primer ciudadano”, hasta que el movimiento de 1968 y sus consecuencias sociales y políticas obligaron al partido a revisar sus estructuras territoriales, orgánicas, sectoriales y de dirección. Es entonces que en 1973 siendo presidente de la república Luis Echeverría Álvarez y presidente del partido Reyes Heroles. el PRI vivió una profunda transformación en sus documentos básicos, en su vida interna y en la composición y visión de sus estructuras para ser un partido más cercano a dos sectores sociales: las mujeres y los jóvenes.

Los resultados electorales de 1988 obligaron a Salinas de Gortari a promover reformas que fueron desde su partido hasta del estado Mexicano e impulsaron a Colosio a realizar una de las asambleas más emblemáticas de la historia del partido en el poder. La 18ª Asamblea Nacional fue un movimiento social en todo el territorio nacional, al promover un debate sobre las reformas del partido y las transformaciones del país desde los comités seccionales hasta los órganos nacionales. Los priistas de aquel entonces comprendieron que era esa, su oportunidad de hacer un partido que atendiera los retos de fin de siglo.

En el año 2000 el PRI pierde la presidencia de la república, por primera vez los priistas van a una asamblea nacional sin la egida presidencial. La 18ª asamblea nacional finco reformas a las estructuras del partido y su método democrático de elección de dirigentes y postulación de candidatos, siendo así, el primer partido en México con un sistema de organización, desarrollo de los procesos internos y un sistema de justicia partidista, además de que se creó la Comisión Politica Permanente como el espacio de gobierno del partido para debatir las coyunturas nacionales y darle a la dirigencia nacional las posturas que debe de fijar ante las autoridades.

La 23ª asamblea nacional del PRI nada tiene que ver con su historia, con el diagnostico del presente y con la visión de futuro. Alejandro Moreno perdió su oportunidad. Hace unos días conversaba con un personaje muy cercano al presidente del partido y su análisis me pareció muy revelador:

El formato cerrado y antidemocrático de la asamblea nacional es una respuesta a los enemigos de Moreno para que no tengan ninguna posibilidad de participar de formar parte de algunas de las etapas de la asamblea.

Al grupo denominado “Plataforma para la Refundación del PRI” lo llaman “golpista”, a sus integrantes se les ve como enemigos personales del presidente nacional y todos o casi todos, que no es lo mismo, pero es igual, se les menosprecia sus carreras, sus conocimientos y experiencias. Ningún integrante de esta Plataforma merece algún reconocimiento. Al escuchar el rosario de descalificaciones le pregunté “¿si son tan insignificantes, porqué hicieron una convocatoria que les cerrara la puerta?” la respuesta fue reveladora “porque no les vamos a dar micrófono y voz para que digan sus ideas y convenzan a los asistentes”

Alejandro Moreno y su sequito ven a Enrique de la Madrid, Manlio Fabio, Fernando Lerdo de Tejada, Margarita Sánchez Gavito, José Encarnación Alfaro, Dulce María Sauri, José merino Castrejón entre otros muchos más, como a un grupo de complotistas, golpistas y autores materiales de todos los males que padece el partido de la oposición.

Así, el Partido Revolucionario Institucional va al acantilado, su dirigencia nacional por emociones toma decisiones y manipula a sus órganos colegiados y de gobierno para hacer al partido del tamaño de su dirigencia. Las ideas son escasas y el nombre de las mesas temáticas nacionales así lo demuestran, además de que ponen en evidencia que la asamblea solo será declarativa, anecdótica e intrascendente.

En la misma conversación, el personaje morenista me decía que se tiene que pensar en los grandes problemas del país y del partido, lo cuestione sobre la negativa de poder discutir esos tópicos endógenos y exógenos del partido en la 23ª asamblea nacional. La verdad, es que el Comité Nacional esta disociado de las bases sociales y de los temas de la ciudadanía. Se fueron por la abstracción de la politica, por las definiciones demagógicas que no podrán aplicar porque dejaran de ser dirigentes en la elección presidencial y, al paso que van, tampoco Alejandro será el candidato a la presidencia, pero si lo es, la coalición entrará a una ruta de colisión, lo votos del PRI en una caída libre y el registro del partido en proceso de vacío. Parece que todas las leyes de la física están en contra del otrora partidazo.

La dirigencia nacional y sus verdaderos dueños Murat y Moreira, perdieron su oportunidad, ingenuidad hubiera sido que dos políticos excepcionalmente antidemocráticos fueran contra su naturaleza.

Ahora el priismo excluido deberá de trabajar para organizar un Congreso Nacional con paciencia y sentido responsable de la situación que se vive en la nación y el gobierno que esta desmantelando lo poco que funciona.

Un Congreso del priismo nacional que no necesariamente debe de responder a los tiempos de la asamblea nacional, se debe de hacer un esfuerzo por que en la gran mayoría de los municipios se formen células de participación ciudadanas y de militantes que discutan su agenda local, asistan a los congresos de sus municipios y formen parte de los congresos estatales hasta llegar al congreso nacional de la militancia del PRI.

Los organizadores de esta propuesta deberán de hacer todo el esfuerzo por que sea un ejercicio incluyente, democrático, amplio, convergente, transparente y representativo.

Si la dirigencia y los dueños temporales del PRI expulsaron a Jesús reyes Heroles y a Luis Donaldo Colosio, que la militancia los rescate, y que su ejemplo lo lleven a la práctica: historia y acción.

Desde algún lugar del Valle del Mezquital, Estado de Hidalgo. 25 de Octubre del 2021

 

 

 

 

 

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