Tras conocerse los resultados del Informe Estado Mundial de la Infancia de Unicef, se ha revelado que uno de cada 7 adolescentes padece un trastorno mental.
La pandemia ha tenido un gran impacto sobre la salud mental de los jóvenes, algo que ya se vislumbraban los expertos y que ahora se confirma.
Los estudios dictan que uno de cada 7 adolescentes padece un trastorno mental, ya sea por déficit de atención/hiperactividad, trastorno de la conducta, discapacidad intelectual, trastorno bipolar, trastornos alimentarios, autismo, esquizofrenia y trastornos de la personalidad.
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Una mezcla de genética, experiencias personales y factores ambientales, aunado a la emergencia sanitaria (covid-19), desataron en los jóvenes ataques de ansiedad, depresión y otras manifestaciones psico-emocionales que trajeron como consecuencia alrededor de 45 mil 800 suicidios al año.
Aunque los factores de protección, como la presencia de cuidadores afectuosos, entornos escolares seguros y relaciones positivas con los compañeros, pueden reducir el riesgo de padecer problemas de salud mental, Unicef advierte de la presencia de importantes obstáculos.
En este sentido, la organización hace un llamado urgente a la protección de la salud mental de las nuevas generaciones y pide que las sociedades rompan el silencio que permea a la salud mental, rompan el estigma, promuevan la comprensión y se tomen en serio las experiencias de los niños y los jóvenes.