Cada centavo invertido en la promoción de México se traducirá en múltiples beneficios más allá de posiciones políticas, desacuerdos y divergencias
La nueva apuesta llega justo a refrescar el ánimo para revitalizar nuestra economía e impulsar la recuperación tras la pandemia. La inversión extranjera directa cayó 23 por ciento durante el primer semestre, a los niveles de 2015 y factores como la percepción del estatismo en el sector energético y las demandas en el marco del T-MEC que habían creado un ambiente de incertidumbre y desconfianza.
El canciller Marcelo Ebrard y su equipo están encabezando una coordinación eficaz entre el sector público y el privado para que México participe destacadamente en la Expo Dubái, feria universal que será del 1 de octubre al 31 de marzo. Una unión ejemplar de esfuerzos para sacar adelante al país.
El fideicomiso formado para concretar el pabellón mexicano, suscrito entre la empresa Brain Hunter Company y Banobras, administra 10 millones de dólares de los cuales la mitad es aportación privada, la cuarta parte del gobierno federal y el restante de los estatales. Se trata de abrir una gran ventana para atraer las inversiones necesarias en el emprendimiento de todo tipo de negocios que traigan desarrollo, bienestar y prosperidad incluyente.
Las exposiciones universales son grandes impulsoras del desarrollo global. La Expo Dubái reunirá a 191 naciones, infinidad de empresas y organizaciones y al menos 25 millones de personas. Con ese escaparate incomparable, el pabellón mexicano recibirá a 4,000 visitantes diarios, es decir, 728 mil en los seis meses del evento para hacer muchos negocios en asociación con nuestras empresas incluyendo las pymes, de acuerdo con la vocación productiva de cada una de nuestras regiones.
Plataformas de inversión especializadas como Mesef han expresado que México sigue gustando a los inversionistas en proyectos de sustentabilidad energética sin ir a contracorriente sino alineados con la política oficial.
Nuestro país es mucho más que hidrocarburos. El Consejo Ejecutivo de Empresas Globales ve grandes oportunidades para negocios multinacionales. Somos muy fuertes en manufacturas, destacando las automotrices, que representan una gran parte de las exportaciones. Pero también hay que apostar fuerte en creatividad e innovación en sectores como el tecnológico que tiene el máximo potencial mundial.
Nuestra siempre noble industria agroalimentaria no puede faltar. Con ventas internacionales por 41,000 millones de dólares en 2020, ya somos el octavo exportador de alimentos y eso que ingresamos al ranking apenas en 2010, de acuerdo con la Organización Mundial de Comercio.
El turismo tomará un fuerte y renovado empuje, particularmente en el sureste, con el Tren Maya y todos los atractivos e infraestructura que traerá consigo. Para concretar todas esas oportunidades hay que ir por muchas inversiones.
El pabellón de México tendrá 900 metros cuadrados de espacios con diseño exquisito hecho por decenas de artistas y artesanos para proyectar al mundo la magnificencia de nuestra identidad. La fachada, realizada por excelentes tejedoras de Etzatlán, Jalisco, e intervenida por la artista plástica Betsabé Romero, muestra unión, lazos y la conexión del ser humano con la naturaleza y el universo.
Por dentro, una experiencia inmersiva a nuestros santuarios más entrañables como el de la mariposa monarca además de un viaje por la gastronomía, la artesanía y la cultura tan apreciadas en todo el orbe. Atraer desarrollo y prosperidad se hace también con imagen y estrategia.
Cada centavo invertido en la promoción de México se traducirá en múltiples beneficios más allá de posiciones políticas, desacuerdos y divergencias. Este es, sin duda, un gran trabajo de equipo entre el sector oficial y el privado que trae aire fresco luego de tantos meses tan difíciles para todos.
POR ADRIANA DELGADO RUIZ
@ADRIDELGADORUIZ