Qué sienten los animales con la pirotecnia y por qué es importante que no la usemos nunca más

Se acercan las fiestas de fin de año y en México se celebran con pirotecnia y fiestas a pesar de que a pandemia sigue en curso en una tercera ola. Ante este escenario no podemos olvidarnos de los animales que sufren los cambios propios de la época más calurosa, los efectos del uso de la pirotecnia, y los cambios de hábitos alimenticios y en su cotidianidad en general.

Si bien hay algunos municipios y provincias que ya prohibieron el uso de la pirotecnia, no es el caso de las grandes ciudades, donde está permitido su utilización y comercialización a pesar de que se ha comprobado que es muy malo para personas con sensibilidad auditiva, los chicos con autismo, los veteranos de guerra y los animales, entre otros.

“Cuidar a los perros durante los estruendos, no sólo es un acto de amor, sino que además es una tarea que debemos tener como dueños responsables”, explicó Melina Wajner, veterinaria (MN 9218) especialista en clínica veterinaria general, y añadió: “En el momento del festejo, lo mejor es que esté reunido con la familia y puedan brindarles su apoyo y contención, utilizando música agradable o simplemente buscando lugares con aislamiento sonoro”.

Los ruidos significan más intensidad y molestias para las mascotas (Shutterstock)
Desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires brindaron una serie de recomendaciones sobre las medidas de prevención que deben tomarse para disminuir el malestar de pequeños animales.

El golpe de calor es uno de los mayores riesgos que corren nuestros animales en verano. A diferencia de las personas, los perros y gatos no tienen glándulas sudoríparas en el cuerpo, por lo que no pueden regular su calor corporal mediante el sudor; por el contrario, lo hacen a través de jadeos y del sudor que se elimina por las almohadillas plantares y, en el caso de los gatos, se limita a humedecer su cuerpo mediante el lamido de su lengua.

Los animales con problemas cardíacos, obesos, adultos o muy jóvenes son más propensos a sufrir golpes de calor; por eso se deben tener disponible agua limpia y fresca, ubicarlos en espacios amplios y ventilados con zonas con sombra, y bajo ningún caso dejarlos encerrados en habitaciones sin ventanas o dentro de los autos. Además, hay que darles de comer y sacarlos a pasear en horarios menos calurosos, evitando el mediodía. En este caso, tomar las medidas necesarias es una tarea fácil para prevenir malos momentos y disfrutar los festejos y el descanso.

Por otra parte, la dinámica de los días festivos expone a los animales a sufrir estrés por exceso de ruido y explosiones. Debido a su sensibilidad auditiva, los ruidos fuertes pueden causarles pánico y provocar conductas no habituales como escapar sin rumbo y perderse, lastimarse, o lastimar a las personas. Además, pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros. Dependiendo de cada caso particular, se debe consultar al médico veterinario para considerar la utilización de sedantes prescritos, que evitarán momentáneamente estas situaciones.

En este sentido, la principal recomendación es ubicar a nuestros animales en un espacio donde estén cómodos, con sus juguetes habituales, comida, agua y algún sonido con el que estén familiarizados; y evitar arrojar pirotecnia cerca de los perros y gatos.

De esta manera, desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires a su vez manifiestan que es urgente regular el uso de pirotecnia desde una perspectiva integral; más allá de ser considerada una costumbre popular y de uso generalizado, está claro que implica muchos riesgos para la sociedad. “Es necesario reflexionar sobre este tema desde un abordaje cultural, social y una perspectiva comunitaria que también tome en cuenta los riesgos silenciosos que impactan en la salud pública y en el medio ambiente, por ende en las personas y animales”.

La veterinaria Fernanda Santana (MP 348), dueña del local Puro Pelo en Yerba Buena, Tucumán, aseveró: “La pirotecnia ruidosa como bombas de estruendo causan aumento de ansiedad, pánico y desorientación tanto en perros como en gatos debido a que ambos tienen más desarrollados la audición que los humanos. Además por lo general suelen estar solos en casa esas noches festivas lo cual agrava la situación. Es importante cerrar bien puertas y ventanas para que no puedan escaparse, perderse y para que el ruido sea menos intenso. Lo ideal sería estar con ellos para distraerlos y acompañarlos pero muchas veces no es posible”.

“No usando pirotecnia evitaremos que nuestras mascotas se hagan daño, se golpeen, se automutilen. Además evitamos que se escapen, se pierdan o sufran algún accidente de tráfico. Mis recomendaciones si bien este año en muchos lugares está prohibida la pirotecnia sonora, son identificar a tu mascota por si acaso, cerrar bien tu casa o departamento, dejar encendido música o televisión, dejar sus juguetes a mano y no medicar sin que un médico veterinario haya prescrito una droga específica para cada especie o raza”, añadió.

“Durante el momento que se escuchen los fuegos artificiales, es importante que los dueños de las mascotas no los dejen al aire libre o en balcones sin protección, ya que pueden huir por miedo. Tampoco se debe tener atadas a las mascotas, dado que eso puede generarles mayor ansiedad y estrés. Otro consejo útil es distraerlos con alimentos y juegos para que no se den cuenta de lo que está sucediendo afuera y puedan concentrarse en algo que realmente les genere placer”, especificó Wajner.

“Los perros pueden llegar a sentir muchísimo temor y hasta a huir de sus casas cuando se manipula la pirotecnia por el estruendo que éstas producen cuando explotan”, explicó la veterinaria que está a cargo del equipo de salud de la compañía especializada en productos para las mascotas Puppis.

“Esto provoca que no sólo los perros se pierdan y corran riesgos, sino que las aves, por ejemplo, pueden llegar a morir de un paro cardíaco por los fuertes estruendos que nuestra diversión de luces de colores en el cielo genera a los animales”, indicó Wajner y advirtió: “Muchos animales suelen morder la pirotecnia, lo cual puede generar daños irreparables en la mascota”. Por otro lado, se recomienda no manipular los fuegos artificiales en un lugar donde haya mascotas y niños, ya que una falla puede generarles lesiones, dado que son los más vulnerables de la familia”.

En diálogo con este medio, la veterinaria Carolina Chavez (MP 10.808), se refirió al sufrimiento por el cual tienen que pasar todos los años los animales en el momento de la pirotecnia: “los carnívoros domésticos que son los perros y gatos, los más comunes como animales de compañía que existen, sufren la pirotecnia por la alta sensibilidad auditiva que tienen y por sentir que se encuentran ante una situación de emergencia o peligro, lo que explica que quieran huir”.

Al contrario de lo que se cree, la sensibilidad auditiva del perro, es decir la franja de sonidos que capta abarca entre los 20 mil y 65 mil Hertz, mientras que el gato entre 48 y 80 mil Hertz, es decir que el oído del gato doméstico es mucho más sensible respecto al canino”.

“Los sonidos de la pirotecnia son disruptivos, no amigables y más para nuestras mascotas que no entienden lo que está sucediendo y se ponen en estado de alerta y con la necesidad de escapar o huir para ponerse a salvo”, añadió la especialista y comparó: “los perros perciben por ejemplo tormentas a 10 kilómetros de distancia de donde se encuentran”.

“La manera en que los animales de compañía asocian a los fuegos artificiales es de emergencia, urgencia, catástrofe climática, poner en resguardo la vida, y las reacciones que suelen tener son la huida, la agresión si se sienten acorralados o frizarse o congelarse; es decir que huyen, atacan o se quedan paralizados”, precisó Chavez.

“No deberíamos seguir usando estas modalidades como un festejo teniendo tanta información disponible sobre el sufrimiento que genera la pirotecnia en animales, niños con trastornos del desarrollo, en personas con alta sensibilidad auditiva”, añadió. No se trata de consecuencias mínimas: “Estos estados de aceleración neurológica que pueden generar la percepción de estos sonidos en pacientes que tienen trastornos del tipo convulsivos puede desencadenar crisis convulsivas tanto en animales como en seres humanos”, concluyó.

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