Instituciones y personas

Como lo he reiterado, me siento honrado por la invitación del nuevo Patronato de la Universidad de las Américas Puebla para asumir la rectoría, en condiciones muy difíciles. En medio de la pandemia y de procesos legales, reitero mi convicción y compromiso de que el litigio no debe, ni deberá afectar la armonía de la Universidad.

La UDLAP es una gran institución, con un alto nivel académico y prestigio internacional. Este éxito y reconocimiento se debe al compromiso de su comunidad académica, a la  generosa participación de muchos empresarios y también a la dedicación de sus rectores, en esta última parte a Luis Ernesto Derbez, a quien en lo personal le guardo respeto.

He insistido que mi mandato principal, mi responsabilidad y compromiso es garantizar la continuidad académica y la vida cotidiana de la Universidad, que se mantenga su prestigio nacional e internacional. Mi responsabilidad es darle certidumbre a la comunidad universitaria, en estos tiempos complejos.

Los procesos legales como el que hoy enfrenta la UDLAP, por su naturaleza tienden a generar polarización y confusión. Lo hemos sufrido las últimas semanas. Un claro ejemplo ha sido, que en distintos momentos el poder judicial nos haya dado la razón a uno y otro lado, sobre la titularidad de las cuentas bancarias. Desafortunadamente, debido a la propia naturaleza del juicio, esta situación podría prolongarse por varias semanas.

Por esta razón es indispensable separar el litigio de la operación cotidiana y procurar que permanezca encapsulado en los juzgados. Los estudiantes y los padres de familia deben tener la certeza de que nada cambiará y que contarán con la misma educación de calidad.

Debemos darles certidumbre de que sus becas continuarán. Que los acuerdos internacionales para desarrollar los intercambios en otros países perdurarán. Tenemos que dejarle claro a todos los profesores, investigadores y trabajadores que preservarán su empleo y mantendrán sus sueldos sin interrupción alguna.

Toda la sociedad poblana debe estar tranquila de que, independientemente de lo que determine la autoridad judicial, la UDLAP no cambiará su misión, mantendrá su autonomía como Institución de Asistencia Privada y seguirá siendo el patrimonio de todos los poblanos.

Para alcanzar este objetivo se requiere que todos pongamos a la institución por encima de intereses personales. De la misma forma en que ocurre en un divorcio, mientras el juez delibera sobre versiones encontradas, ambas partes pueden buscar el mejor interés para los hijos.

Dado que los procesos legales seguirán su curso, hoy depende de la voluntad de todas las autoridades que por encima de todo, garanticemos la continuidad de la vida universitaria y protejamos los intereses de estudiantes, profesores, colaboradores y padres de familia. Por eso tendamos puentes para evitar que el ruido que genera el conflicto legal, confunda o afecte a la comunidad universitaria.

Hoy que se acerca el reinicio de actividades, la comunidad debe saber que al inscribirse al semestre, sus pagos se reconocerán sin ningún contratiempo. También, debe estar segura de que éstos servirán puntualmente para que los trabajadores reciban sus sueldos, sin importar quien tenga la administración de las cuentas de la universidad.

Por eso convoco a que pongamos el interés superior de la institución y se coordinen los equipos de trabajo -administrativos y académicos- para la sana operación de todas las áreas de la UDLAP. No importa quien gane el juicio, si trabajamos de esta forma, quien ganará será la comunidad universitaria.

Toda crisis trae consigo un sinnúmero de oportunidades. La problemática actual se arreglará y ello dará pauta a construir un mejor momento. Celebrar nuevos convenios para multiplicar los intercambios en otras latitudes del mundo, mejorar la interacción con empresas y empleadores para que los estudiantes obtengan mejores ofertas laborales y atraer a más talento en todas las áreas, son solo algunas rutas que hoy podríamos construir independientemente del litigio.

Por lo pronto, estemos conscientes de que las personas van y vienen, pero las instituciones prevalecen. Hoy que todos estamos frente a una prueba tan importante, saquemos lo mejor de nosotros por el bien de la Universidad de las Américas Puebla. Eso es lo que espera la sociedad.

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