Helsinky.- Sanna Marin, la primera ministra de Finlandia, uno de los países con menores índices de percepción de corrupción en el mundo, se destacó durante la pandemia por su exitosa gestión para controlar el virus. Incluso logró que su población resulte ser la más feliz del mundo el año pasado, en plena crisis. Pero ahora, la mandataria está inmersa en un torbellino político que escandalizó al país: es acusada de haber gastado fondos públicos para los desayunos de su familia.
El diario finlandés Iltalehti confirmó el domingo que Marin gastó unos 850 euros mensuales (unos 30 euros diarios) para el beneficio de comida destinada a la elaboración del desayuno de su círculo familiar. “También se han comprado comidas frías para uso de la primera ministra y de su familia”, profundizó la noticia.
Aún no se ha confirmado el monto total gastado por los empleados de la Oficina de la ministra, ya que ciertos trabajadores que desempeñan sus tareas en el recinto confirmaron al medio finlandés que ni ella ni sus miembros familiares realizaban las compras.
La ley finlandesa no parece otorgarle al primer ministro en el cargo tal beneficio, por lo que la policía de Helsinki anunció que llevará a cabo una investigación preliminar que podría desembocar en una pena criminal.